Las remesas son el mejor bono

Por lo tanto, las remesas son, al menos y por ahora, cuatro veces más importantes que el Bono de Desarrollo Humano...
Los devastadores efectos que ha dejado la COVID empiezan a amainar, al menos en una vital arista financiera. Este diario reporta las cifras de récord que alcanzaron el año pasado las remesas enviadas por emigrantes ecuatorianos.
El salto que ya se había sentido el 2021 con relación al año más duro de la pandemia (2020), se acrecentó en el 2022. Ecuador recibió más de 4.700 millones de dólares en remesas, una cantidad que permite entender en qué insospechados pilares se afirma parte de la economía local.
El récord logrado marca el sostenido apoyo que nos viene desde afuera, principalmente desde Estados Unidos, España e Italia. Es decir, son recursos que no salen de lo que producimos. El año anterior recibimos casi un 50 % más de lo que nos llegó en 2019 y 2020. Y 450 millones más que en el 2021. La tendencia al alza se consolidó.
Pero lo más importante es que el destino de las remesas es el bolsillo popular. Dinero a la vena, como les gusta decir a los expertos de la economía. Y es aquí donde viene lo interesante: las familias que se benefician de ese dinero están ubicadas en lo que podríamos llamar el sector de la pobreza, allí donde sufren, con pequeñas diferencias, dos tercios de los ecuatorianos.
En suma, la cantidad es tan notable que alcanzaría para que, en promedio, dos millones de núcleos familiares pobres reciban 200 dólares mensuales. En la realidad, habrá quienes no lo reciban y habrá quienes reciben más, pero es obvio que el grueso de los beneficiados está allí. El ejercicio sirve para entender el impacto de la asistencia si la comparamos, por ejemplo, con el Bono de Desarrollo Humano que recibe más de un millón de familias ecuatorianas.
Por lo tanto, las remesas son, al menos y por ahora, cuatro veces más importantes que el BDH, que suele ser atacado por quienes creen que, con 55 dólares, el Estado ‘mantiene’ a los más desprotegidos. No es verdad.
Ese Estado supuestamente caritativo no es ni de lejos el principal aliado, mucho menos el soporte, de los pobres. Las remesas están siendo el mejor bono con el que cuenta la ancha franja de desposeídos que sigue teniendo nuestro país.