El Niño viene atravesado

¿Cómo estamos preparándonos para El Niño? Con campaña electoral y oraciones...
Hace apenas quince días la Organización Meteorológica Mundial (OMM) dijo que el fenómeno de El Niño llegó y sus efectos negativos serán globales. Ante un evento así, es inevitable mirar las secuelas de los precedentes. En el de 1982-83 Ecuador tuvo pérdidas de catástrofe: 650 millones de dólares (que hoy serían $ 2.500) en dos sectores: producción e infraestructura. En el de 1997-98, el reporte fue peor: “Ecuador deberá invertir US$ 2.200 millones para reconstruir lo que destruyó El Niño”, dice el documento oficial. A cambio actual, serían $ 4.500 millones. Se viene la noche.
¿Cómo estamos preparándonos para El Niño? Con campaña electoral y oraciones. Del lado del Gobierno existe una anomia que no admite adjetivos: un presidente que languidece y que, como dijo antier ¡de gira por Europa!, prefiere “gobernar seis meses en el purgatorio que dos años en el infierno”. Hay que ser audaz para llamar “gobernar” a lo que ha hecho.
Si el régimen del Encuentro suma méritos para irse con pena y sin gloria, los candidatos le hacen coro y evaden el tema con una silueta que les envidiaría Fabián Alarcón, el mítico bailarín que nos deshonró -uno más- en la Presidencia. Se concentran en propuestas sobre la seguridad, aunque ninguno ha explicado de dónde sacará los recursos para enfrentar al narco o cómo hará viables las reformas que ofrece. ¿Se imaginan a Jan Topic lidiando con una asamblea correísta? ¿O a Yaku Pérez aplicando su remedio que él centra en “fortalecer las capacidades comunitarias para desarrollar la seguridad frente a los fenómenos”? Necesito un traductor…
De El Niño, nada. Y está aquí. Esmeraldas reportó una veintena de sitios afectados en su red vial, algunos “totalmente colapsados”. Desde la semana pasada, Muisne (Esmeraldas) y Pedernales (Manabí) están incomunicadas. Si en infraestructura están las alarmas, en sectores productivos también: los ingenios de la Costa suspendieron sus zafras y han importado dos veces azúcar. A ese ritmo, podrían tener que hacerlo con la mitad de su producción anual. De terror.
Hay un Niño que merece más que oraciones para enfrentarlo. Quien avisa, no traiciona.