Rubén Montoya | Carta de Maduro a Trom
Por encima de ideologías, hay principios universales que nos hermanan e identifican
Querido presidente Trom: Iba a poner simplemente Dónal, como te nombro en privado, pero no quiero perder cierta formalidad. Te escribo entonces, con la certeza de quien se sabe entendido por un par.
La llamada que hiciste hace poco, me mostró que podemos hablar en confianza y nos entendemos como lo que somos: llaneros solitarios, en el camino de la vida. Y luego del indulto que acabas de conceder al expresidente de Honduras, condenado por facilitar el ingreso de 400 toneladas de droga a tu país, estoy más convencido que nunca de que puedes darme una amnistía, pues mis supuestos delitos frente a los de Hernández son una bagatela. Ese indulto muestra cuánto nos parecemos y lo poquito que nos distancia, querido presidente Trom. No somos de derecha o izquierda, del norte o del sur. Somos los predestinados. En tu lugar yo habría hecho lo mismo; te digo más: Putin habría hecho lo mismo, Milei habría hecho lo mismo, ¡papá Fidel habría hecho lo mismo!
Por encima de ideologías, hay principios universales que nos hermanan e identifican: somos, como tú bien dijiste, “elegidos de Dios”; en mi caso de los dioses, porque esta Venezuela heroica tiene un padre y un dios, y ambos dos son el comandante Hugo Chávez.
Dame la amnistía o ayúdame a escapar, querido presidente. Sigue con tu chou de mandar portaviones para liquidar lanchitas, que lo entendemos todos, incluso el niche de Diosdado, que sólo en público pide resistir a machete limpio tu embestida. No te excedas y al menos dame tiempo de huir a territorio libre. Libre de ingratos que hoy están mejor y no se dan cuenta: hay como 7 millones de bocas menos que mantener con nuestra riqueza. ¡Qué ciegos son!
Como tú lo sabes y como nos enseñó nuestro gran patriarca cubano, la política es una puesta en escena diseñada para proteger al poder y sus elegidos. Y por eso, porque es y debe ser siempre así, te pido, te ruego presidente Trom que me amnistíes o abras un corredor humanitario y puede partir hacia un destierro injusto y necesario. Porque al final, yo lo sé y lo sabemos todos los compañeros del Foro de San Pablo, la historia -también a mí- me absolverá.
Tuyo,
Nico