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Roberto Passailaigue | Fracaso del sistema educativo (III)

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No en todos los procesos puede existir participación comunitaria directa, la educación debe ser redefinida por expertos

Antes de feriarse el Ministerio de Educación (2017), estaba dirigido por el ministro, dos subsecretarios (educación y administrativo), unas seis direcciones nacionales, una dirección de Educación en cada provincia. Actualmente existe un ministro, dos viceministros, ocho subsecretarios, como 15 direcciones y en cada provincia, zonificadas, hay de cuatro a ocho direcciones distritales y unas tantas zonales. Con la revolución ciudadana se crearon más de 1.200 cargos administrativos para esta nueva distribución burocrática que en nada ha mejorado el Sistema Nacional de Educación. No existe subsecretaría de la Educación Particular, pero existe la Subsecretaría del Buen Vivir para implementar los procesos ideológicos progres genéricos.

Se ha convocado a la ciudadanía para la elaboración de un nuevo currículo. Los tecnócratas enquistados contarán con sus pares para en modo carga montón, implementar sus ideologías coaligadas. Efectuarán reuniones presenciales y telemáticas con sectores bien intencionados, se dirá de todo, pero los progres genéricos solo recogerán lo que quieren escuchar y presentarán los documentos con conclusiones preelaboradas. El resto, las fotos, asistencias y filmaciones, son estrategias viejas de tecnócratas progres para simular una construcción colectiva.

El nuevo currículo debe ser el resultado del diálogo en una consulta nacional con verdaderos expertos en educación, de todos los sectores, para determinar en mesas de trabajo el modelo de “país que queremos”; luego establecer el “tipo de ciudadanos” que se necesita para construir dicho país; acto seguido qué clase o modelo de formación e instrucción debe recibir dicho ciudadano en su etapa escolarizada; después el “perfil del docente” para el modelo de formación e instrucción a impartirse, y con ello, “capacitar a los docentes” ; después establecer los recursos, las reforma reglamentarias, legales y constitucionales que fueren necesarias. Todo alineado con el Plan Nacional de Desarrollo.

No en todos los procesos puede existir participación comunitaria directa, la educación debe ser redefinida por expertos.