Rafael Oyarte: Federalismo
El etcétera es larguísimo. No es un juego.
Una de las ideas que se comenzó a promover es el establecimiento de una forma de Estado federal. Se dice rápido, pero es una de las cuestiones más complejas que se puede plantear, pues los federalismos no son todos iguales, como no lo son los unitarismos. Se suele decir que el poder constituyente todo lo puede y que, por tanto, puede cambiar la forma de Estado, lo que, siendo verdad, debe considerar siempre un importante factor en la elaboración jurídica y que, lamentablemente, muchas veces olvidamos: la realidad, de la que una constitución nunca debe apartarse, so pena de quebrar. El idealismo es lo que hace que Ecuador vaya a su vigésima Carta Primera. Hay naciones que, por su gran extensión, deben ser federales, si quieren pervivir como Estado democrático (como EE.UU., con guerra de secesión de por medio). En otros casos, las notorias diferencias internas hacen que países pequeños sean federales como Suiza y Bélgica. Claro que hay estados enormes que no son federales, como China, pero estamos hablando de otro sistema político. La Unión Soviética era federal en la letra de la su Constitución y poco y nada más: cuando el poder del soviet quebró, se destruyó la unión. Lo mismo ocurrió con Yugoslavia que, con la muerte de Tito, murió el único factor aglutinante. Ni España, con sus evidentes diferencias locales, se atrevió a un federalismo.
¿Qué federalismo se propone para Ecuador? Cuidado con la tentación de copiar, simplemente, el sistema de otra nación. Es que no es cosa de sentarse a escribir un texto constitucional y listo. Hay que decirlo sin ambages: ¿estará una próxima constituyente en capacidad intelectual de hacerlo? Si recordamos la de Montecristi, con valiosísimas, notorias y notables excepciones, estaba plagada de “alzamanos” que dependían de un grupo de extranjeros para redactar (a veces muy mal) las más elementales de las normas. Varias cuestiones habría que resolver: 1. Serían las actuales provincias las entidades que van a ser las “federadas” o se va a crear otra clase de entidad (estados). 2. ¿Qué se hará con el pretendido “pluralismo jurídico” racial implantado, con el sistema federal? 3. ¿Quién ejercerá las “competencias residuales”, es decir, las que no se entregan expresamente a la federación o a los federados? 4. ¿Qué competencias legislativas se dejarán para los entes federados (¿penal?) y qué impuestos (¿IVA?) y para la federación (¿renta, además de aranceles?). El etcétera es larguísimo. No es un juego.