Columnas

El castigo de Sísifo

'El país subirá una y otra vez la piedra a la cima, si no se libera democráticamente de una minoría que lo tiene secuestrado'.

Cuenta la leyenda que por sus malos actos Sísifo, rey de Éfira, fue condenado por los dioses a empujar montaña arriba una piedra que un poco antes de coronar la cima rodaba nuevamente al valle, desde donde una y otra vez debía empujarla hacia arriba, sin alcanzar jamás la ansiada cumbre. 

Hace pocos días Moody’s, la firma de calificación de riesgo, disminuyó la calificación de Ecuador de B3 a Caa1, modificando su comentario de “estable” a “negativa”. La razón fundamental por la que la firma justifica su decisión es la “resistencia considerable que enfrentan las autoridades para la adopción de reformas urgentes, lo que ha llevado a la incertidumbre sobre la situación política y el crecimiento económico”. 

Los comentarios adicionales se centran en ese antecedente. Parecería irrelevante para quien tiene una pequeña parcela de papas o de arroz, o quizá para quien al término de sus estudios de colegio busca un trabajo, pero es precisamente para ellos más crítico el tema.

 En el mundo globalizado en el que estamos, dependemos de las opiniones especializadas de este tipo de empresas para recibir crédito de prestamistas, para que las multinacionales que ya están en el país amplíen sus inversiones o para que quienes no están en el país se atrevan a aventurarse en una economía donde cada año aparecen nuevas reglas. 

El calificador apuntó bien: el país nuevamente se ha convertido en rehén de unos pocos, que más allá de sus falsas palabras que encaraman su discurso en la búsqueda del bien común, su rechazo a las imposiciones del FMI o su acusación de políticas neoliberales terminan imponiendo una agenda, siendo una minoría ruidosa, sin una sola propuesta viable.

El daño se lo hacen al más pobre, al que busca un trabajo digno o al que necesita que se reactive la economía para sostener su producción con algo de certidumbre.

Mientras la gente que busca trabajar en paz y que está dispuesta a sacrificios para sacar al país adelante no le corte el paso a una minoría que nos tiene prisioneros, seguiremos buscando la piedra en el fondo del valle con la ilusión de cada próxima elección.