Premium

Buscan la conmoción

Avatar del Paúl Palacios

'A guiso de invocar la ‘conmoción interna’ tratan de encender el país para ver si logran debajo de la mesa lo que no pudieron en las urnas’.

Luego de hacerse público el informe de los llamados Pandora Papers, inmediatamente los cañones apuntaron a un conjunto de políticos y otras personalidades respecto de propiedades en paraísos fiscales. Una de las personas mencionadas fue el presidente Guillermo Lasso, a quien políticos de la oposición endilgaban una serie de acusaciones. Primero lo acusaban de no haber pagado impuestos por sus recursos en el exterior. Segundo, que habría infringido las normas electorales respecto de tener activos en paraísos fiscales, lo cual está vedado para personas de elección popular. Tercero, que toda esta situación había causado una conmoción nacional. Para todo ello, y tratando de conducir el tema a la cancha política, en la Asamblea escogieron una comisión legislativa que nada tenía que hacer en el conocimiento legal del tema, eludiendo radicarlo donde correspondía.

Transcurridos los días ocurrió que el presidente Lasso probó el origen de los recursos que en algún momento tuvo en el exterior. Probó también que no había incurrido en ninguna falta a las normas electorales. Nada fue rebatido en el campo legal por sus contradictores. Además, puso en manos de la Contraloría y la Fiscalía su disposición de entrega plena de cualquier requerimiento de información que esas autoridades solicitaren. Pero como el propósito es sacarlo del poder, les quedaba algo: invocar el artículo 130 de la Constitución, numeral 2, señalando “grave crisis política y conmoción interna”. Esto último surge del informe de la comisión legislativa, aquella que, como dijimos, no correspondía conocer del tema, y que no tuvo un solo argumento legal sólido en su texto.

No me corresponde defender a la persona de Guillermo Lasso, él se defiende solo y tiene legalmente quién lo asista; como ciudadano me corresponde defender la voluntad democrática del votante frente a quienes tratan de encaramarse al poder por las ventanas, y en la subida se les va cayendo el ropaje de ovejas, apareciéndoles el pelaje de lobos sedientos de poder. Ellos son los que quieren causar conmoción interna para justificar sus ambiciones.