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¿Podemos hacer algo?

Avatar del Paúl Palacios

Desde Marx hasta Castro se han puesto a pelear con el mercado, y han salido más pateados que pelear con Chito Vera; usemos el mercado, no peleemos con él’.

La semana pasada escribí enfatizando que la formación de un precio en un mercado no es la decisión de un comprador en particular, sino la conjunción de múltiples participantes, tanto en la oferta como en la demanda, y ya antes habíamos enfatizado que la labor del Estado es provocar que se produzca una competencia leal, y vigilar que no se den prácticas que lesionen ese objetivo. Sin duda también eso resentirá a algunos fanáticos de la reducción a la mínima expresión de la presencia del Estado en la relación libre entre los ciudadanos, pero aquello será parte de otra discusión. El punto es que no pocas personas, sin duda con la mejor actitud deontológica, se siguen cuestionando la moralidad de lo que consideran una desproporción en lo que percibe el productor primario. Ya pasamos por las recomendaciones al productor de agregar valor, lograr una diferenciación a partir de enfoques de trazabilidad ambientales o sociales, buscar nichos específicos de consumo, acudir a mercados étnicos, asociarse e integrarse hacia adelante, etc. El punto ahora es ¿qué podemos hacer como consumidores para que no nos quedemos en el lamento? Hay varias posibilidades, y quizá podamos ser pioneros en la instrumentación de alguna. Tomemos el ejemplo de las líneas aéreas: cuando usted compra un boleto en ciertas aerolíneas puede voluntariamente pagar por ‘descarbonizar’ su viaje. Es decir, usted puede entregarle un valor pequeño a la aerolínea para que ella compre bonos de oxígeno, siembre árboles o reduzca emisiones por distintos caminos. Lo mismo podría pasar con una cadena de cafés, o una franquicia de restaurantes, donde el consumidor tenga la opción de disponer voluntariamente de un pequeño valor para que se mejore el pago al productor de café o de hortalizas por la vía de una donación inmediata. Lo mismo podría pasar si creemos que un repartidor de una aplicación debería tener prestaciones de salud o previsionales, dado que es un trabajador independiente. Si como consumidores no estamos conformes con la realidad de otras personas, ejerzamos el derecho a cambiar las cosas. ¿Usted lo haría?