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Paúl Palacios: Quince años de Diakonía

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El Banco de Alimentos de Guayaquil, Diakonía, cumple 15 años ayudando a alimentar a quienes por sí mismos no pueden

En el año 2009, el entonces arzobispo de Guayaquil Antonio Arregui, le pidió a la Asociación Cristiana de Empresarios su asistencia para constituir un banco de alimentos en Guayaquil. La asociación solicitó a su vez a dos de sus empresarios, que viajaran a Bogotá para entender el funcionamiento de la institución. Un tiempo después se fundó el Banco de Alimentos de Guayaquil Diakonía.

Desde su inicio, Diakonía se integró con voluntarios, mujeres y hombres que trabajaron, pusieron sus hombros y bolsillos para construir lo que entonces y ahora tiene como objetivo ofrecer asistencia alimentaria humanitaria a las personas más vulnerables. Las historias de solidaridad que se fueron tejiendo, desde su inicio y hasta el presente, no cabrían en un libro. En épocas de normalidad, si existiera alguna en una comunidad con inmensas necesidades, se dedica el esfuerzo a recuperar alimentos y dirigirlos a más de 100 entidades que a su vez sirven a grupos vulnerables. Se tienen comedores para niños, y otros programas.

En épocas de emergencia Diakonía ha sido un puntal para servir a la ciudad y al país. En el terremoto de 2016 volcó su esfuerzo de ayuda a Manabí y Esmeraldas. Durante la pandemia de 2020, fue el centro de operaciones logísticas de la iniciativa Unidos Alimentamos Más, asistiendo en la alimentación a más de 250.000 personas diariamente por más de 16 semanas. En esa oportunidad no solo a Guayas, sino a 11 provincias más. Algo impensado como posible en esos momentos, pero se alcanzó por la generosidad de los ecuatorianos, la capacidad profesional del equipo, y el liderazgo del hoy cardenal Luis Gerardo Cabrera. En las emergencias de conmoción interna del 2019 y 2022, estuvo presente en apoyo de las fuerzas del orden, así como en otros muchos eventos donde se ha requerido servir con su estructura logística.

Hoy hay nuevos desafíos en lo tecnológico y en su profesionalización para servir en su objetivo inicial: ofrecer alimentos en la mesa de quien por sí mismo no puede lograrlos. Valga la oportunidad para aplaudir a quienes en el silencio han acariciado el rostro de Jesús con su trabajo.