Columnas

Estado Islámico y trata de esclavos

La intención manifiesta del comprador era destruir enteramente o en parte al grupo religioso de los yazidíes...

Taja al-Jumailly, originario de Irak, de 37 años de edad, presunto miembro del grupo yihadista Estado Islámico (EI), compareció hace un par de meses ante el tribunal regional superior de Fráncfort para ser juzgado como autor del delito de asesinato, por haber dejado morir de sed a una niña yazidí a la que redujo a esclavitud, convirtiéndose en el primer proceso en el mundo contra un miembro de la organización yihadista por abusos cometidos contra esa comunidad, una minoría de habla kurda del norte de Irak perseguida y reprimida por el EI desde 2014. La madre de la niña de 5 años que sufrió muerte tan cruel, había sido comprada junto con su hija por Al-Jumailly como esclavas a fines de 2015, trasladándolas a Faluya, donde este vivía. La intención manifiesta del comprador era destruir enteramente o en parte al grupo religioso de los yazidíes, según acusara la fiscal del caso, conforme lo narrado por este diario en su edición del 25 de abril.

Estábamos muy equivocados quienes creíamos que el encono de las luchas religiosas había terminado o estaba por extinguirse en el mundo, no en cuanto a credos de fe sino como generadora de animadversión contra el ateo o el abierto contradictor, lo cual iría en contra de una de las libertades fundamentales del espíritu humano: la de consciencia o credo religioso, recogida en la Carta de los Derechos Fundamentales del Hombre y del Ciudadano, fundacional de la Organización de las Naciones Unidas. Y más equivocados aún quienes pretendan sostener que en esta época ya no existe la esclavitud, cuando están en pleno vigor la trata de blancas y la prostitución organizada, y en nuestros países latinoamericanos la peste del “machismo” que hace que el varón persista en ver a su pareja no como el ser integral que es en derechos, libertades y obligaciones, sino como predestinada a la “esclavitud doméstica” de la crianza y cuidado de hijos pequeños, la cocina, lavado y planchado, mientras él sostiene el hogar con su trabajo, cuando hoy la mujer debe trabajar también para ayudar a sostener la economía familiar; o cuando es madre soltera, lo que es muy común; o profesional independiente. empleada, funcionaria pública o empresaria, habiendo cambiado radicalmente los roles sociales de la pareja.