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Viva la patria

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"Se ha trastocado el sentido de civilidad de la frase “Viva la patria,” por un sentido de burla, sarcasmo, quemeimportismo descarado y miserable porque a los corruptos nada les pasa"

Patriotismo es el apego por la tierra natal o adoptiva a la que uno se siente ligado por determinados valores, afectos, cultura e historia. Como sentimiento virtuoso, aflora ante el peligro y la agresión, ya sea que provenga de fuerzas o circunstancias externas y/o internas.

La historia está llena de hechos heroicos, donde al grito de “Viva la patria” se entrega la vida, resumiendo así el sentimiento de amor y honor por el terruño que nos vio nacer o acogió.

Los tiempos, los valores y principios han cambiado; así lo describe el compositor argentino Enrique Santos Discépolo en su tango Cambalache, denuncia musical de la descomposición social y moral del siglo XX, profetizando la del XXI, donde la pillería mutó a oportunidad, el valor moral sucumbió ante el valor material, los prófugos se autoproclaman perseguidos políticos; la justicia se muestra convenientemente ciega, pero con oído agudo para escuchar las “propuestas” económicas a ojos cerrados a cambio de favores, convirtiendo a su balanza en un instrumento para justipreciar la mejor oferta.

Salvo pocas excepciones que confirman la regla, la clase política mutó a indolente, desvergonzada, ignorante, corrupta y corruptora; así lo percibimos con la proliferación de casos de corrupción de los últimos 14 años.

Se ha trastocado el sentido de civilidad de la frase “Viva la patria,” por un sentido de burla, sarcasmo, quemeimportismo descarado y miserable porque a los corruptos nada les pasa. Mientras tanto la patria no vive, agoniza por la corrupción en el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, antiguo mal endémico ante el voto irresponsable de una sociedad mendiga, carente de compromisos de convivencia ética y moral. Nada importa a los corruptos más que su avaricia y sus abultadas cuentas, quienes ante el señalamiento responden sarcásticamente “Viva la Patria”, mientras su economía agoniza, la población muere enferma sin medicinas porque los pillos las sacan de las bodegas de los hospitales para revenderlas mientras los muertos desaparecen en bolsas con sobreprecio, porque no pasa nada; y entonces gritan “Viva la patria”.