Columnas

Ecuador y su dura realidad

'Por ahora lo prioritario sigue siendo frenar la propagación del virus. Algunos gobiernos locales tuvieron éxito en acciones realizadas en esa dirección’.

El coronavirus ha desvestido al Ecuador en su cruda realidad. Sus habitantes protegiéndose de esta epidemia que azota al mundo entero, sacando una lección: nada es más importante que la vida de uno. “Cuídate que te cuidaré”, aconseja el proverbio bíblico.

La semana pasada destacaba agradecer a quienes exponiendo su salud y su vida nos ayudan a resistir estos difíciles momentos. Contrariamente, resurgen síntomas de la endémica peste que afecta al país, la corrupción. Directivos del IESS (ya se verá en qué otras entidades), en repudiable actitud, aprovechando la emergencia pretendieron adquirir insumos a precios desmesuradamente más altos que los ofrecidos por el mercado. Comerciantes de víveres al detalle, beneficiándose sin escrúpulo de personas de escasos recursos, desnudando una cadena de intermediarios en un eslabón cuyo inicial perjudicado es el pequeño o mediano productor rural. Las medicinas no escapan a la especulación.

No han faltado brotes de regionalismo derivados de un manejo centralizado del poder. Guayaquil, que contó por su Junta de Beneficencia con una confiable atención en salud que benefició al país, sufre el cierre y/o abandono de sus históricos hospitales, sometidos al control burocrático de políticas públicas en esta materia. El sistema nacional evidenció improvisación, no tuvo oportunamente test para identificar portadores del virus, para aislarlos y frenar el contagio. Con desesperante lentitud se recogieron cadáveres hacinados en domicilios. Todo aquello en un país que carece de ahorros o reservas para estas urgencias.

Los ancestrales remedios caseros y la contribución de la empresa privada están paliando la emergencia. Ya habrá oportunidad de analizar sin hipótesis truculentas las causas de la pandemia: económicas, biológicas, tecnológicas, naturales, divinas. En el futuro inmediato hay que enfrentar sus efectos, por ahora lo prioritario sigue siendo frenar la propagación del virus. Algunos gobiernos locales tuvieron éxito en acciones realizadas en esa dirección. Resta ser cautelosos por algún tiempo hasta restablecer la total normalidad de actividades.