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Universidad y democracia

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"Las universidades y politécnicas deben ser entidades autónomas responsables, pluralistas, generadoras de ciencia, tecnología, innovación, promotoras de cultura y saberes, alejadas de proselitismos"

El presidente electo Guillermo Lasso ha insistido en suprimir la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), a la cual atribuye el fracaso en el manejo del ingreso a la educación superior, reflejado en la gran cantidad de jóvenes que no pudieron acceder a las universidades o politécnicas, imponiéndoles la carrera a seguir y dónde seguirla.

Sin duda uno de los objetivos del gobierno de la Revolución Ciudadana fue someter a las universidades y escuelas politécnicas. Para ello controlaron el Consejo de Educación Superior - CES y pusieron bajo su legal dependencia al Consejo de Evaluación y Acreditación, afectando la autonomía de estos centros de estudios, quitándoles el derecho de regular el ingreso de sus estudiantes, llegando a niveles de acreditarlos, desacreditarlos y categorizarlos, según el comportamiento que tuvieran frente al gobierno.

La Senescyt no es una entidad creada constitucionalmente, se la introdujo en la ley como organismo rector de las políticas públicas en educación superior, y si bien es verdad que aquello no constó expresamente en la ley del año 2010, sí se lo hizo en las reformas del año 2018. Habrá que retomar lo que existía antes, una Secretaría Técnica-Administrativa como instancia de apoyo al CES (integrarlo como lo disponía la ley de 1982), que sea el ente planificador, regulador y coordinador del sistema de educación superior.

Las universidades y politécnicas deben ser entidades autónomas responsables, pluralistas, generadoras de ciencia, tecnología, innovación, promotoras de cultura y saberes, alejadas de proselitismos políticos o religiosos, auditadas en el buen uso de sus recursos por Contraloría y académicamente por el Consejo de Evaluación y Acreditación, procurando permanentemente mejorar la calidad de su labor, formando profesionales o técnicos de alto nivel.

Me he adherido siempre a la tesis de que una buena democracia se soporta en tres sectores: un gobierno ejercido a través de los tres poderes del Estado, un sector empresarial como proveedor de bienes y servicios, y una academia proveedora de un buen capital humano.