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Votemos bien

Avatar del María Josefa Coronel

"Observemos la dinámica de lo que importa, como la paz y la real posibilidad de encontrarnos en un nuevo comienzo, lejos de quienes estropean la convivencia"

Si bien los animales, la vegetación y los mares nos llevan gran ventaja en la convivencia entre sí, no es menos cierto que la humanidad ha podido acordar expresa y documentadamente mínimas herramientas para el disfrute de la común unión. Me refiero al respeto, a la verdad y a la igualdad.

El respeto, en la más simple de las definiciones, es esa voluntad constante de no causar daño a los otros. Y la igualdad, trata de ser iguales en dignidad y derechos, en el resto y, en buena hora, diversos. ¿Elegimos políticos que creen en ello?

Cuando nos toca abordar la verdad, o las verdades, las piezas se mueven, y esa voluntad se ve amenazada, y reacciona. Las guerras han sido por defender verdades y las campañas políticas son, de alguna manera, una guerra.

Categorizar la verdad siempre ha sido complicado, pero hay realidades que nadie puede acomodar; ni la opinión más noble puede desconocer lo que sucede en un momento determinado.

Miremos la realidad, pues, antes de votar. ¿Hubo respeto, igualdad, transparencia en estos 14 años? ¿Quién y cómo se manejó la educación, la justicia y salud?

Hablando de salud, el 7 de abril fue el día Mundial de la Salud. ¿Qué podemos decir de la salud en Ecuador? No haber tenido políticas de salud no es solo una gran falta por omisión, sino que también generó más desigualdad y perjudicó nuestra economías. Por ello la OMS le pide a los líderes que garanticen que todas las personas tengan unas condiciones de vida y de trabajo que favorezcan la buena salud.

Los animales y la vegetación se comunican eficientemente, van la grano, actúan coordinadamente. No se detienen a ver qué rosa es más bella que otra; ni los océanos suspenden sus mareas para dañar a su semejante. La naturaleza solo se lastima cuando los humanos meten mano.

Observemos la dinámica de lo que importa, como la paz y la real posibilidad de encontrarnos en un nuevo comienzo, lejos de quienes estropean la convivencia.

No siempre se puede tener un candidato perfecto, pero siempre se debe ser precavido para no tropezar con la misma piedra o un tsunami; en ocasiones, ambas palabras significan lo mismo.