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La raíz del problema

Avatar del Lourdes Luque

Todos, sector empresarial, sector público y sociedad civil, enfrentemos la tragedia con fuerza. Ya lo hicimos bien con la vacuna

Era 1997, ya habíamos implementado programas importantes para el desarrollo del Guasmo en la Huancavilca, el de apoyo a tenderos, que redujo el precio de la canasta familiar; el de desarrollo de la comunidad con créditos del Pacífico. Pero la comunidad nos demandaba que hiciéramos algo por su tesoro más grande, sus hijos menores. Así apareció un día el Dr. Alfredo Tinajero Miketta y María del Carmen Ordóñez, quienes traían un estudio hecho con la Universidad Católica sobre el desarrollo temprano del niño.

Para validar la teoría de la importancia de la estimulación temprana en los niños de 1 a 5 años, se desarrolló una investigación en niños de zonas del norte, como Urdesa, y zonas del sur, como el Guasmo, con seguimiento en sus habilidades. En resumen, hay uniformidad en el desarrollo en los dos segmentos estudiados hasta el primer año. Las madres del Guasmo dan de lactar a sus criaturas aproximadamente hasta el año. A partir del primer año, las vicisitudes de su realidad socioeconómica las obligaban a dejar a los bebés en manos de sus familiares cercanos, mientras buscaban sustento. Los bebés del sur empezaban a tener desventaja notoria al perder la nutrición y el afecto. Como sabemos, la arquitectura física e intelectual de los seres humanos se construye entre su nacimiento y los 5 años. Lo que hagamos después ya no importa mucho. ¡Allí la raíz del problema! Por eso ese programa aún existe en la fundación.

Este octubre recibimos la visita del consejero presidencial, Luis Enrique Coloma, y del secretario técnico de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, Erwin Ronquillo, y ¡qué desastre de realidad! No tenemos futuro. La desnutrición en 2018 era del 27,2 % en niños menores de 2 años, y la pandemia seguro aumentó la gravedad. Más de uno de cada 4 niños ya está afectado con desnutrición. ¿Qué hicieron en los últimos 14 años?

Esta es la real emergencia nacional. No tendremos capital intelectual, físico y humano para lograr el ansiado bienestar. Debemos ver la lucha contra la desnutrición como el nuevo reto. Todos, sector empresarial, sector público y sociedad civil, enfrentemos la tragedia con fuerza. Ya lo hicimos bien con la vacuna.