Agradecer es amar

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No olvidemos que solo nosotros creamos nuestra realidad, pues elegimos cómo reaccionar ante cada situación.

Mamá solía decirnos que solo hay dos tipos de personas: las agradecidas y las malagradecidas. Y no lo decía solamente, ese era su eje de vida y lo practicó durante esos 90 años que Dios nos la regaló para guiarnos y formarnos. Recordar sus palabras se vuelve imperativo más que nunca en este mes de diciembre del 2019.

Los durísimos momentos, que aún no terminamos de procesar, que vivimos en nuestro paisito, nos deben llevar a amanecer dando gracias por cada situación que se presenta en nuestras vidas. El estar vivos es el primer regalo, el segundo el poder amar. Que si el 2019, no fue bueno, pues agradezcamos por haber aprendido lecciones y elijamos seguir nuestra vida en armonía. Ser gratos también significa tomarnos el tiempo necesario para apreciar conscientemente la complejidad de la vida. 

No olvidemos que solo nosotros creamos nuestra realidad, pues elegimos cómo reaccionar ante cada situación. Somos responsables de nuestra elección. Podemos ser gratos si así lo elegimos.

La gratitud nos saca de nuestro encierro en nosotros mismos, al creer que nos merecemos porque sí todas las bendiciones que tenemos; encierro que nos bloquea y pone límites al amor. La gratitud, al sacarnos de nosotros mismos nos ubica a saber respetar y apreciar todo lo que somos, tenemos y donde estamos situados. La vía del agradecimiento es la vía del amor, el retribuir con reconocimiento sincero, valorar lo que se recibe con alegría y respeto.

El Niño Dios llegó al mundo con una misión, el cambiarlo todo, atrajo a doce apóstoles, los transformó y nunca más la humanidad fue la misma. Nos dejó la promesa de que Él nunca nos dejará, Él sabe hasta cuántos cabellos tenemos, sabe por qué derramamos cada lágrima, vino al mundo, para decirnos, nunca te dejaré. 

Por eso el mes de diciembre la humanidad entera se vuelca a las sensaciones de paz, amor y gratitud; pongamos más amor esta navidad, pongamos más gratitud. Más allá de donar, que está bien, busquemos estos días cómo transformarnos en amor junto a quienes nos rodean, a veces una sonrisa basta.