Economía vs. pandemia

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En Latinoamérica, cada país, de acuerdo a lo que han considerado sus gobiernos, ha actuado en forma diferente.

Es imposible cambiar de tema. No existe país que se haya escapado de la pandemia y muchos de ellos, al ver que está siendo afectada su economía, están buscando las soluciones más adecuadas. En la actualidad, Inglaterra, Francia y España, que en principio estuvieron cautos para dirigirse al gobierno chino, empiezan a pedir indemnizaciones a China e incluso quieren recurrir a demandarla ante la Corte Internacional de Justicia. Taiwán, país democrático por excelencia y con una floreciente economía, ha acusado al régimen chino de haber ocultado, desde el mes de diciembre, el virus que sus científicos encontraron. Al quererlo hacer conocer, el régimen se lo impidió con amenaza de prisión y hasta muerte.

Mientras, existe desesperación por encontrar la vacuna adecuada, los estados están tomando diversas medidas para salvar sus economías. En Estados Unidos, el país más castigado por el virus, ante las medidas tomadas por algunos estados de la Unión, no se ponen de acuerdo, ya que unos desean que no se adopten medidas de reclusión, otros hablan de permitir la apertura de ciertos negocios y algunos más, por continuar el encierro. Trump acaba de disponer que, por ahora, se impide el ingreso de inmigrantes; por dos meses suspendió la Tarjeta Verde (Green Card)

En Europa, España, se obliga al encierro obligatorio y se han suspendido las clases. El problema mayor para los españoles es el encierro y se hace difícil para el gobierno controlarlo. Alemania ha estado un poco más flexible, pues permite que se pueda trabajar personalmente o desde casa. La primer ministra Ángela Merkel, en una brillante alocución, se dirigió al pueblo alemán para pedirle unidad, única forma de salir de la pandemia y hasta ahora logrado dada la disciplina tradicional de los alemanes. Hasta han aceptado suspender la tradicional fiesta del Octoberfest. En Francia también se han suspendido las clases y los alumnos pueden recibirlas por internet.

Mientras, la OPEP se reunió para solicitar que sus miembros disminuyan su producción y en principio Rusia, sin ser miembro de la organización se opuso; ahora parece que ha cambiado de idea. Existe un exceso de petróleo por el poco consumo debido al control del tráfico que ha hecho disminuir las ventas en las gasolineras. Además, los buques llamados tanqueros, la mayoría repletos de petróleo, están varados alrededor del mundo por la baja demanda. Aunque el barril valga cero, mantenerlos en el mar cuesta 30.000 y hasta 100.000 dólares diarios. En tierra ya no hay dónde almacenar.

El reclamo de los italianos. Volviendo a la política internacional, Italia, que en principio fue muy castigada por la pandemia, reclamó por lo que considera ataques que recibió de ciertos países de la Unión Europea y hasta se temió que la abandone.

La presidente de la Unión Europea se apresuró a pedirle disculpas a Italia, ofreció ayuda económica y se ha dispuesto la emisión de bonos con el respaldo del presupuesto de la Unión Europea para ayudar a los países afectados por la pandemia.

En Latinoamérica, cada país, de acuerdo a lo que han considerado sus gobiernos, ha actuado en forma diferente. Lo que más ha llamado la atención fue la desaparición del presidente Daniel Ortega de Nicaragua, que por un mes estuvo encerrado. Su mujer, que es la vicepresidenta, salía por televisión para dar sus consignas políticas. Incluso se impulsó a sus partidarios a que realicen manifestaciones. En la actualidad se ha expandido el virus y recién comienza a tomar medidas.

En Uruguay, el gobierno decidió impedir el ingreso de los argentinos a su país, siendo muchos de ellos propietarios de grandes mansiones en Punta del Este, donde deseaban pasar su cuarentena. Pese a que en este verano los ingresos se elevan por el turismo, Lacalle prefirió garantizar la salud de los ciudadanos.

Argentina atraviesa una difícil situación. En las barriadas es imposible mantener el orden con el enclaustramiento, la gente sale a buscar cómo ganarse la vida, ya que no tiene medios para vivir encerrados.

Este es el dilema en los países pobres, la gente dice que prefiere morirse del coronavirus que morirse de hambre.

Los vendedores ambulantes, rompiendo toda norma, salen a las calles a ganarse el pan diario, y las autoridades y grupos de ONG no logran satisfacer las necesidades de los desempleados y los que viven en los suburbios. Para cobrar los subsidios ofrecidos se amontonan en largas colas, donde es fácil infectarse.

Creemos que vamos a vivir un nuevo mundo porque es primera vez que atravesamos esta pandemia mundial. Habrá que reflexionar mucho para cambiar las reglas económicas y las leyes que hasta ahora han estado vigentes