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Biden habla con Xi Jinping 

Avatar del Juan Faidutti

Hemos sostenido que con las armas nucleares, drones y nuevos armamentos que cada día se crean, una guerra solo traería como consecuencia la destrucción de medio mundo, sobre todo de las grandes potencias que se enfrentarían. Si sus gobernantes creen que se protegerían con refugios antiatómicos, cuando los abandonen encontrarán muertes y destrucción. Parece que esto lo han entendido los presidentes de EE.UU. y China.

En consecuencia, el presidente de EE. UU., Joe Biden, ha hablado por teléfono con su homólogo chino, Xi Jinping, y ambos han reconocido su responsabilidad de asegurar que la “competición” entre sus respectivos países “no derive en un conflicto”. La conversación fue la segunda que mantienen ambos líderes desde que Biden llegó al poder, tras la larga charla telefónica que compartieron en febrero y coincide con fuertes tensiones en la relación bilateral.

Fue Biden que tomó la decisión de llamar a Xi, y lo hizo motivado por su “exasperación” por la presunta reticencia de responsables chinos de menor rango de mantener conversaciones serias con su Gobierno. Biden subrayó el interés de EE. UU. en la paz, la estabilidad y la prosperidad en el Indo-Pacífico y el mundo. La llamada de Biden fue una prueba para ver si las conversaciones al mayor nivel posible son más eficaces. La lista de desacuerdos es larga y la tensión bilateral ha aumentado desde la llegada al poder de Biden, quien ha convertido la competición con Pekín en el pilar central de su política exterior y comercial. En los últimos meses la relación se ha resentido por la acusación de EE. UU. -respaldado por la UE y otros países- de que China estuvo atrás del ciberataque global contra Microsoft, algo que Pekín negó rotundamente. Los roces han crecido a raíz de las advertencias de EE.UU. a las empresas estadounidenses de que no negocien con entidades que operen en Hong Kong o en la región noroccidental china de Xianjiang, donde Washington acusa a Pekín de cometer graves abusos contra los uigures de fe musulmana y otras minorías étnicas.

Biden y Xi no se han reunido por ahora en persona, aunque la Casa Blanca no ha descartado que puedan hacerlo en la cumbre de líderes del G20, a fines de octubre en Roma. En la reunión anual de la ONU Biden adelantó su criterio y Xi lo hizo vía telemática. Xi Jinping respondió que si Pekín y Washington se enfrentan “ambos países y el mundo sufrirán”, mientras que el trabajo conjunto arrojará beneficios para todos. “La política sobre China de EE. UU. ha resultado en graves dificultades para las relaciones” entre las dos potencias, apuntó Xi. Ojalá en la próxima reunión personal quede descartado cualquier enfrentamiento bélico.