Bolivia, con una población de un 45 % de raza autóctona y luchando como miembro de MAS, el partido creado por Paz Estensoro, llegó a la presidencia un hombre de su raza autóctona. Hábilmente, Evo Morales llamó a colaborar a gente capaz, sobre todo a Luis Arce, un economista que lo acompañó en sus gobiernos y que logró un enorme éxito, sacando al país adelante. Aunque Evo Morales se declaraba socialista del siglo XXI y nacionalizó varias empresas, jugó con habilidad, sin entregarse demasiado a los dirigentes políticos que seguían la consigna del Foro de Sao Paulo.

Su error fue querer eternizarse en el poder. Pese a que la Constitución lo prohibía, quiso reelegirse por tercera vez y allí se despertó la clase media de La Paz, levantándose en violentas manifestaciones que la Policía reprimió con excesiva fuerza. Aunque perdió la consulta que hizo para que se reforme la Constitución y se le permitiera un nuevo período presidencial, no se contentó con esa demostración popular y obtuvo que la Corte Suprema le admita la reelección. En ese momento la reacción fue mayor, por lo que una coalición cívico-militar lo obligó a abandonar el país y refugiarse en la Argentina de Cristina Kirchner.

A Morales lo reemplazó la vicepresidenta, señora Añez, que ofreció convocar enseguida a elecciones e incluso renunciar a su candidatura, porque ella quería también intervenir. Las elecciones se postergaron por el coronavirus, pero se realizaron con la intervención de observadores de la OEA.

Luis Arce será el próximo presidente de Bolivia con el apoyo de los indígenas y del “voto oculto” de la clase media, pues ganó las elecciones en la primera vuelta, sacando más del 50 %. Acompañará a Arce en su gobierno uno de los fundadores del MAS y la segunda figura más importante de este partido, después de Evo Morales, David Choquehuanca. Será el segundo indígena en la historia que llegue a ocupar el cargo de vicepresidente del Ejecutivo y, simultáneamente, el de presidente de la Asamblea Legislativa. El expresidente Morales, durante una conferencia de prensa organizada en Buenos Aires (Argentina), aseguró que volverá a Bolivia “antes o después”, lo que para nuestro criterio sería un error, porque siendo el líder del partido ganador deseará imponer su criterio al presidente, en forma constante. Ya está por Venezuela pidiendo instrucciones, y los jueces bolivianos se apresuraron a levantar las órdenes de detención dictadas contra él. Es el beneficio de los ganadores.