Juan Carlos Holguín | Chile: ¿Kast ultraderechista y Jara ultracomunista?
Así, con las cartas echadas, nos aproximamos a unas semanas electorales movidas en Chile
Recuerdo aquellas palabras de Patricio Aylwin, en el año 2006, cuando en un almuerzo nos contaba a un grupo de personas los primeros pasos de la ‘Concertación’. Y es que un objetivo común, más grande que ciertos intereses personales, unió a partidos ideológicamente distintos: lograr el retorno a la democracia en Chile y, expecialmente, ganar las elecciones. Meses más tarde, conseguían en las urnas el histórico triunfo.
Años después, el 17 de enero de 2010, junto a un grupo de amigos inquietos por la política y el servicio público, viajamos a Chile para ser testigos del proceso de la segunda vuelta electoral de ese país que admirábamos.
A solo treinta minutos del primer resultado oficial, el candidato Eduardo Frei reconoció el triunfo de Piñera y le manifestó su apoyo mencionando que “si le va bien a usted, le va bien a Chile”. Le pidió perdón públicamente por cualquier cruce verbal en los últimos días y le manifestó que atrás quedaba la campaña. Al día siguiente Bachelet desayunaría en casa de Piñera, para iniciar el proceso de transición.
Cuando el expresidente Piñera falleció en 2024, una potente imagen circuló el mundo: dos expresidentes de Chile y el presidente en funciones, de distintas corrientes ideológicas, se despedían de él, mostrando así las virtudes de quienes han servido a su país de forma interesada.
La democracia en Chile ha madurado y la conciencia cívica ha logrado que una sociedad que hace pocos años nadaba en sangre por su división, pueda concertar en cada espacio para alcanzar el objetivo mayor: un camino hacia el desarrollo. Todo esto, a pesar de que las fuerzas se han reconfigurado y los partidos tradicionales de principio de siglo ya no van más.
Los resultados del pasado día domingo en Chile son parte de ese nuevo proceso democrático de las últimas décadas. Si bien Boric es un candidato de izquierda, ha mostrado su talante democrático en temas como Venezuela o el propio reconocimiento de que su propuesta de nueva constitución no tuvo apoyo popular.
La candidata oficialista, Jeannette Jara, quien logró armar una coalición de izquierda y progresismo para esta campaña, inició su camino al ‘ballotage’ con una ofensiva contra Kast, apuntando directamente a sus propuestas de seguridad, pidiendo a los chilenos que “no dejen que el miedo congele sus corazones”.
Por su parte, el candidato republicano José Antonio Kast parte como favorito asegurando que Chile “necesita evitar la continuidad de un muy mal Gobierno”. Se mostró más al centro, intentando aunar a los votantes más moderados para lograr su triunfo en este tercer intento.
El estratega Daniel Pérez, conocedor de la política chilena, había vaticinado hace unos meses el fenómeno Parisi, que terminó tercero y a quien atribuye ser un fenómeno cultural, con propuestas claras y muy enfocado en sus audiencias.
Así, con las cartas echadas, nos aproximamos a unas semanas electorales movidas en Chile, con votantes de Parisi que se convierten en los grandes electores. Mientras erradamente en el mundo se colocan motes de ‘ultras’ a Jara y Kast, lo cierto es que la cordura y el centro definirán el partido. El gran perdedor: el Grupo de Puebla.