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Juan Carlos Díaz Granados | Un nuevo horizonte

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La importancia de estrechar lazos con Emiratos Árabes Unidos no puede subestimarse

La relación económica entre Ecuador y Emiratos Árabes Unidos representa una de las oportunidades más prometedoras de nuestra política exterior reciente. En un mundo donde las cadenas de suministro se reconfiguran y los capitales buscan destinos seguros, acercarse a economías estables y de visión estratégica puede redefinir nuestro futuro.

La importancia de estrechar lazos con Emiratos no puede subestimarse. En un entorno global cambiante, Ecuador requiere socios que aporten estabilidad, financiamiento y acceso a mercados ampliados. Emiratos cumple con esas condiciones: es un centro logístico que conecta con Medio Oriente, África y Asia del Sur, y un inversionista global con fondos soberanos de escala formidable. Para un país que busca diversificar riesgos y ampliar su presencia internacional, esta relación ofrece una plataforma de crecimiento excepcional.

El Tratado de Promoción y Protección de Inversiones apunta a generar la certidumbre que Ecuador aún no logra consolidar por completo. Es una herramienta para acercarnos al estándar que exigen los inversionistas y para enviar una señal de compromiso con reglas más previsibles. Con este instrumento, el país puede atraer inversiones hacia infraestructura, energía, agroindustria, logística y turismo, sectores capaces de transformar la economía y generar empleo sostenible.

La inauguración de la embajada ecuatoriana en Abu Dabi refuerza esta visión. Una presencia diplomática permanente facilita el acompañamiento a empresas, abre puertas a nuevos proyectos y consolida una relación de largo plazo. También proyecta seriedad institucional ante un socio que valora la continuidad y la capacidad de ejecución.

Relacionarse con Emiratos no es solo diversificar mercados: es integrarse a un ecosistema que opera con innovación, planificación y ambición global. Para un país que necesita crecer y modernizarse, esta alianza puede convertirse en un punto de inflexión.

La oportunidad está ahí, y exige visión y coherencia para convertirla en desarrollo real para el Ecuador.