Columnas

El liderazgo gringo decae

"La retórica de Trump, cargada de menosprecio y xenofobia en contra de América Latina tiene un claro objetivo"

La actitud de Donald Trump ha sido buscar culpables para esconder sus enormes fallas frente a la pandemia. Comenzó culpando a China de dispersar el virus y dio a entender que esa potencia utilizó tal mecanismo para disminuir el poder de los EE. UU. Descargó luego todas sus baterías contra la OMS, a la que acusó de esconder información sobre los peligros del coronavirus para la vida en el mundo. Como consecuencia de ello, y para reforzar su posición, decidió cortar el apoyo de su país a ese organismo de las Naciones Unidas sin tomar en cuenta que su trabajo no se reduce a esta pandemia sino que abarca además otras áreas de la política de salud universal.

En esa carrera de encontrar enemigos, típico procedimiento populista para justificar la legitimidad de sus intereses, este mandatario ahora se pronuncia por prohibir que los nacionales de su país visiten América Latina, con el justificativo de que ese desplazamiento significaría un peligro para que aquellos “sean contagiados de COVID 19”. Sin embargo, y como bien lo anota el periodista Andrés Oppenheimer en su columna del Nuevo Herald de Miami, con base en datos proporcionados por el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins, EE. UU. es precisamente el país que tiene mayor número de muertos en el mundo por esa causa, encima de otros países y, por supuesto, de los de América Latina.

Registra 27,6 muertos por cada cien mil habitantes, mientras que en Ecuador hay 16, en Brasil 8, en México 4,2, en Perú 8,7, en Colombia 1,2 y en Argentina 0,9. Y ni qué decir de países de otros continentes en los que, como en el caso de Alemania, hay 9.6; en Corea del Sur 0,5 y en Australia 0,4.

La retórica de Trump, cargada de menosprecio y xenofobia en contra de América Latina tiene un claro objetivo: exacerbar el rechazo de gran parte de la población votante a los inmigrantes latinos a ese territorio y ganarse su apoyo. Sin embargo, y en relación con el papel de liderazgo mundial de la gran potencia, el discurso del atolondrado personaje lo desdibuja y minimiza.