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Un silencio elocuente

Avatar del JOSÉ DE LA GASCA

El Pleno debió -y debe- asumir sus responsabilidades constitucionales y tomar acción, decidir y pronunciarse’.

Preocupante es el silencio que guarda el Pleno de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) ante la crisis institucional de la Función Judicial que propicia su propio presidente.

Parece que tal es el ‘Saquipower’ -por influjo psíquico o padrinazgo- que no basta la remisión de 3 ternas ilegítimas al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS); tampoco las escandalosas acusaciones de ‘lobbying’ con asambleístas en el cabildeo para la censura de los vocales del Consejo de la Judicatura (CJ); menos aún la reunión secreta que mantuvo en la casa de su primo, el presidente de la Asamblea Nacional, con el líder de la bancada del PSC, a vísperas de la reconsideración de la votación para la destitución ¿de quiénes? Sí, de los vocales del CJ. Aun así, nada de esto hizo reaccionar a los jueces nacionales que integran el Pleno.

Visto este silencio, me pregunto incrédulo: ¿será que el Pleno está hipnotizado con cantos de sirena? ¿Será que les han hecho creer que un presidente en el CJ -adepto a la dinastía Saquicela- es lo que se necesita para “salvar” la institucionalidad de la Función Judicial? ¿Será que tienen miedo? ¿O será que les importa un rábano la Función Judicial que les resulta irrelevante quién presida el órgano de control y gobierno?

Sea cual sea su respuesta, su silencio es elocuente.

El Pleno debió -y debe- asumir sus responsabilidades constitucionales y tomar acción, decidir y pronunciarse. Debe, por tanto, designar -como órgano máximo de la justicia ordinaria- los tres perfiles idóneos para la designación del vocal titular que presidirá el CJ. Esta es una obligación ineludible, no solo por orden constitucional (ya aclarado por la Corte Constitucional), sino por responsabilidad ética con el país. No merecemos más judiciales de bolsillo.

El CPCCS, en modo ‘zombi’, se la jugó por volver a poner la pelota en las manos de la CNJ. Pero no en las de Iván Saquicela, sino en las del Pleno.

Señores jueces nacionales, ¿volverán a quedarse callados? ¿Van a seguir -por omisión- en el “perverso juego político” con el que intento tras intento le quieren meter la mano a la justicia?

De ser así, su silencio los deslegitimará más que sus fallos.