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¿Qué pasó en Chile el domingo 21?

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Kast ha opuesto el sentido común y la racionalidad de la derecha para el avance hacia el centro del electorado...

En primer lugar, una sorpresa. Pese al crecimiento de la candidatura de Juan Manuel Kast, la opinión generalizada y así transmitida a los medios de comunicación internacionales, era que el ganador indiscutible de la primera vuelta sería Gabriel Boric. Las razones eran varias y parecían irrefutables días antes de los comicios: el malestar reinante contra el orden establecido representado por los partidos de centroderecha; el estilo seguro y desafiante de los miembros de la Convención Constitucional con su posición refundacional; el descrédito del gobierno del presidente Piñera por los Pandora Papers y en general el clima de una insurrección generalizada dispuesta a grandes cambios en el país.

Por eso los resultados del domingo fueron desconcertantes, empezando para el mismo candidato Boric y los partidos agrupados en la alianza política que lo respaldaba. Pero también para los miembros de la Convención Constitucional que contaba con un futuro presidente y congreso alineados a la izquierda.

El electorado chileno, el que votó el domingo 21, no solo que dio mayoría, pequeña pero mayoría, a Kast, sino que también sus preferencias por los planteamientos de la derecha llevaron 25 senadores de esa línea política a controlar esa cámara alta como no sucedía en décadas y un congreso donde la izquierda no puede imponer su criterio. Como señaló al día siguiente Carlos Peña en diario El Mercurio de Santiago: “Lo que pasó ayer muestra cuán excesivos fueron los diagnósticos de los últimos años. Resultó que no había ni vuelco a la izquierda, ni era la revolución la que golpeaba a la puerta”.

Pero eso tampoco deja un Chile paralizado entre dos extremos irreconciliables como algunos dramáticos quieren ver. Al discurso generacional y por ello principista de la izquierda, agravado por la alianza con el Partido Comunista, Kast ha opuesto el sentido común y la racionalidad de la derecha para el avance hacia el centro del electorado, a quien le preocupa la inseguridad, el narcotráfico, la ineficiencia del Estado y la pérdida de lo alcanzado en las tres últimas décadas.