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No entiendo

Avatar del Ignacio Granja

"Invocar al sentido común y colaboración espontánea es imposible. La población- tubo digestivo- no acata las disposiciones, así de simple"

En crisis, por la pandemia y la economía escuálida heredada del gobierno del prófugo, llama la atención, el viaje de la señora vicepresidenta para conseguir ayuda que beneficie a la niñez ecuatoriana. Ir a Europa fue una irresponsabilidad. Ellos viven ya la segunda ola generada por el regalo chino. ¿Acaso no se podía delegar esas tareas al abundante cuerpo diplomático? Ellos son los representantes del gobierno de turno, ya sean de carrera o por pedidos políticos. La cantidad gastada no importa. Se ahorraban algunos dólares sin duda. Claro, no hubiera habido la foto con el Papa para el álbum familiar. Eso resultaba imperdonable.

En el ámbito citadino, me sorprende la manera de haber saturado a las calles de Urdesa con rayas blancas y los dichosos parquímetros, que ante las malas condiciones de las aceras van a servir de apoyo para los peatones que se podrían caer por los obstáculos que se presentan y así evitarían alguna lesión.

Para los que trabajan en la zona y dejan sus vehículos, ya constituye un problema, habida cuenta que el tiempo máximo es de 4 horas. Las calles aledañas se usarán para el propósito, con el peligro del robo a partes o toda la unidad.

Es una realidad que la administración municipal busca ingresos de la manera más variada, pero eso sí, su apéndice, llamado ATM, cada día deja mucho que desear. Un ejemplo de la inoperancia la vemos a diario en la avenida del Periodista. El caos generado por las unidades de transporte ciudadano es alarmante. Son algunos buses correteando para adelantar a otra unidad. Ocupar todo el ancho de la vía es de lo más común. Los agentes, cuando aparecen, son simples espectadores. El dicho de que entre bomberos no se pisan la manguera, tiene su aplicación en lo expuesto. Al fin y al cabo son la misma cosa.

Para ser justo hay que destacar el accionar del COE cantonal en su intento de frenar la propagación de la COVID-19, pero deberían restringir la circulación vehicular y ciudadana en las noches.

Invocar al sentido común y colaboración espontánea es imposible. La población- tubo digestivo- no acata las disposiciones, así de simple. Se impondrá la viveza criolla, que esta vez, nos puede matar.