Adiós a los amigos que se fueron

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Felipe representó al voluntario guayaquileño que trabaja para ayudar a los desprotegidos.

Los ecuatorianos en pocos meses han perdido familiares y amigos por la pandemia. En mi caso, no menos de 10. Penosamente, siguen falleciendo, el virus no se ha ido y su poder destructor no puede detenerse al momento.

La más reciente víctima entre mis amistades es Felipe Costa Echeverría; tres semanas atrás me contó que recién regresaba de su casa en Olón, donde había estado seis meses alejado de la ciudad y contagio, también para que su esposa se distrajera. Hace poco me enteré que se había contagiado y de su situación grave; luego supe de su óbito.

Lo conocí en los setenta cuando aún trabajaba en La Universal; posteriormente estableció una empresa industrial donde laboraba con sus hijos. Nos reencontramos en la Junta de Beneficencia (JBG), cuando fuimos nombrados miembros en julio de 1999. Como él ya tenía comprometido un viaje al exterior y debía supervisar todas las adquisiciones de la JBG, lo reemplacé hasta su regreso, cuando fui destinado al hospital Luis Vernaza.

En esos años era el inicio de la computarización de todos los procesos de la institución. Felipe lideró la de su departamento. Se requería disminuir pasos, simplificar tareas y reducir el tiempo del ciclo de compra. Todos los procesos eran manuales, diariamente se amontonaban los proveedores para conocer los requerimientos de la JBG. Tomó a Felipe un par de años hacer realidad tan ambicioso proyecto. Cuando se terminó, la JBG se convirtió en la primera organización en comprar a través de Internet. Gran parte fue obra de Felipe. Así durante los 11 años que estuve en la JBG conocí su calidad humana.

Años atrás recibió durísimo golpe emocional cuando falleció un hijo, por irresponsabilidad de un chofer. Para mantener viva su memoria creó la fundación Niños con futuro y la Unidad Educativa Felipe Costa Von Buchwald, para brindar formación escolar, cultural, física y espiritual a niños y jóvenes. Trabajó en su fundación con la ayuda de muchas voluntarias, con el fin de lograr su sueño de proteger niños y jóvenes.

Felipe representó al voluntario guayaquileño que trabaja para ayudar a los desprotegidos.