Columnas

Juventud, cambio climático, futuro...

Realmente están provocando gran alarma a nivel mundial la estación de ciclones y huracanes que se vive en el Caribe, México y EE. UU.; las lluvias torrenciales e inundaciones en Europa Occidental; las sequías y voraces incendios forestales en California, Turquía, Grecia y España. Temperaturas en este verano en el hemisferio norte por encima de 40°C que están afectando particularmente a la tercera edad. Todos estos eventos naturales son consecuencia de lo que los especialistas llaman “cambio climático”, que políticos de ultraderecha como Trump y Bolsonaro no quieren aceptar, o un conjunto de empresas transnacionales, como las petroleras, que incluso tienen “think-tank” para negarlo y difundir un relato conspiracionista. Este escenario-mundo, preñado de catástrofes naturales y antrópicas, se encuentra agravado por la pandemia de COVID-19 y la recesión económica mundial y sus secuelas de desempleo, informalidad, desigualdades e inequidades, que afectan principalmente a jóvenes y mujeres a nivel global. Según el Fondo de Población de NN.UU. alrededor de 40 % de la población mundial son menores de 29 años. A este grupo etario lo califica como vulnerable frente al cambio climático por el futuro incierto que le depara. Revistas científicas como Nature o The Lancet Planetary Health, señalan que el cambio climático ya está afectando la convivencia y su funcionamiento social en general, pero que se manifiesta de manera más alarmante en los jóvenes; muchos se encuentran aterrados por el futuro próximo, piensan que deberán salir de las ciudades costeras ante el miedo a inundaciones provocadas por el deshielo de los casquetes polares y el descongelamiento de Groelandia, entre estas, Guayaquil.

Pensamos que se torna urgente que el gobierno nacional empiece a diseñar una política pública para combatir el cambio climático, reduciendo emisiones de CO2, limitando el consumo de combustibles de origen fósil, impulsando la compra de carros eléctricos, etc. Apremia definir colectivamente una estrategia nacional y locales para enfrentar el cambio climático, que avanza a pasos acelerados según últimos informes de NN. UU.