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Fernando Insua Romero | ‘Taikidicen mai dir’

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Que Presidencia y Asamblea dejen de pensar en el triunfalismo y la tarima más que en la gente

‘Taikidicen mai dir’, en lugar de ‘Take it easy, my dear’, nos decía una amiga del grupo con su inglés guayaco para tranquilizarnos cuando nos veía emocionados. Así estamos ‘emocionados’ ahora, pero puede que no veamos los síntomas de errores en nuestro acontecer político que pueden ser una bomba de tiempo social en cuestión de meses. Hay que ver a través de los juegos pirotécnicos; no me refiero a los juegos de luces y humo que hace unos días se lanzaron en una ciudad de la costa para recibir al líder terrorista que logró obtener un ‘régimen especial’ cortesía del SNAI, sino a los juegos pirotécnicos que nos ofrece el espectáculo político diario, que dice una cosa y termina ejecutando otra. Basta ver algunos ejemplos, como que mientras algunos asambleístas dicen “no más impuestos”, los mismos en un acto insólito recomiendan la subida de tres impuestos más junto al IVA, diciendo que son solo “impuestos temporales”, dándole más al presidente de lo que pidió, acto que podría ser inconstitucional si la Corte se pronuncia al respecto.

Aumentaron los impuestos para financiar la guerra y, a cambio, reducir el gasto público, pero el presupuesto 2024 es un 13 % mayor que el del año anterior en gasto corriente y no tanto en inversión (solo aumentó un 6 % el de Seguridad). Cantamos victorias, pero mientras tenemos aproximadamente 10 mil prisioneros, solo unos pocos cientos han podido ser procesados por terrorismo. Se anuncia que las muertes violentas se han reducido, pero los delitos que financian a las estructuras terroristas, como las vacunas y el secuestro, no han dejado de aumentar.

Se pide que los actos del Gobierno y la Asamblea sean, si no es mucho pedir, coherentes por el bien del país, y se dediquen a lo que la nación necesita. No como el presidente de la Asamblea, que anuncia visitas del Papa que no existen y se pone a orar por su venida. La primera dama desea que el presidente gobierne 10 años, pero sería bueno primero terminar este mandato con responsabilidad cívica. Que Presidencia y Asamblea dejen de pensar en el triunfalismo y la tarima más que en la gente, porque ni así baje el Papa de Roma nos salvaremos de nuestros errores.