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Polémica por ley de aborto

Avatar del Fernando Cazón

...a diario niñas y jóvenes embarazadas buscan desesperadamente un fin a su cuento de terror’.

En ecuador hoy en día las historias de abuso sexual hacia mujeres han ido en aumento y según datos en 2021, siete niñas menores de catorce años dieron a luz cada día, la mayoría por violencia sexual de un ser conocido, coronándonos así con el tristísimo segundo lugar en la región con casos de embarazos en adolescentes, problemática que pese a los intentos del Gobierno por precautelar la vida e integridad de estas personas no ha dado resultado.

El debate de la Ley de Aborto en Ecuador en caso de violación terminó con su aprobación, con tiempos de gestación establecidos para la interrupción. Las opiniones divididas por tan polémica ley no se hicieron esperar, incluso el mismo presidente Guillermo Lasso declaró que respeta la vida desde la concepción; no aprueba la decisión de la Asamblea y su postura la va a expresar a través del veto, como manda la Constitución.

Es fácil tomar posturas sobre ciertos temas según nuestras creencias o ideologías y defender la vida de una manera tan lineal nos hace perder el horizonte de la realidad, viendo una sola parte de la historia: ese pequeño ser tiene derecho a vivir sin importar la manera que fue concebido, porque la vida es sagrada, respetada. Y nos enfrascamos en el milagro que crece dentro del vientre perdiendo empatía con la otra cara de la moneda, esa mujer -sin distinción de edad- que posiblemente nunca supere la pesadilla que vivió y que la sociedad estigmatiza y presiona para que dé vida un ser, fruto de su violación, que crecerá con la cruz de su pasado. Ponernos en sus zapatos no es una opción al momento de juzgarlas.

Mientras continúa el acalorado debate si la ley se veta o no, a diario niñas y jóvenes embarazadas buscan desesperadamente un fin a su cuento de terror, y quienes se encuentren en una situación económicamente privilegiada seguirán acudiendo a las clínicas clandestinas que realizan estos procedimientos. Quienes no puedan pagar esos valores tendrán que acudir a métodos más baratos que atentan contra su existencia, como brebajes, pastillas abortivas conseguidas por “la izquierda” para interrumpir su embarazo y nadie defiende la vida de esa pobre mujer desesperada y en estado de vulnerabilidad.

Los seres humanos solo vemos lo que deseamos.