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Fausto Ortiz | Hay señales

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Quedan ocho meses por delante para enfocarse en proveer recursos a la economía, pagar los atrasos...

En estas fechas, mientras se dan en Washington las reuniones del Fondo Monetario Internacional a las que asisten los gerentes de bancos centrales y ministros de Finanzas del planeta, también se publican las perspectivas económicas mundiales calificadas este año como “Estables pero lentas”.

Se espera que el crecimiento mundial para 2024 sea el mismo 3,2 % que tuvo en 2023 y que tendrá en 2025. América Latina con menor crecimiento, ratificando la racha de desaceleración económica, espera un 2 % para este año y mejorar a 2,5 % el próximo.

A Ecuador no le fue bien en el ejercicio de estimación del FMI, nos ubica con 0,1 % de crecimiento en 2024 y 0,8 % para 2025. Buscando una segunda opinión, el Banco Mundial estima que creceremos 0,7 % y 1,7 % en 2024 y 2025 respectivamente. Vamos ya en el cuarto mes del año y la cifra del FMI empieza a sonar optimista a la luz del comportamiento de algunos indicadores disponibles a la fecha.

La inflación anual al mes de febrero de 2024 fue de 1,4 % y las ventas totales, expresadas en dólares, también al mes de febrero, cayeron 1 %. Se podría decir que fuimos a las tiendas y compramos menos productos. Al mes de febrero no se puede señalar que el empleo haya aumentado de un año a otro, nos mantuvimos en 2,8 millones de personas con empleo pleno y más de 5,5 millones entre subempleados y desempleados. Al final, los mismos comprando menos.

Hace pocos días el BCE ha empezado a publicar estadísticas de producción y despachos de cemento. Las cifras acumuladas hasta febrero reflejan una caída superior al 12 %.

La importación de materias primas industriales durante 2023, al mes de febrero, caía 0,7 % y ahora en 2024 cae 7 %. Se puede entender que si importo menos materia prima industrial, seguramente produciré menos y estaré vendiendo menos en los siguientes meses.

La inversión pública en 2024 es menos de la mitad de lo que fue en 2023 y tampoco alcanzó la baja inversión del 2022. El Estado en modo ‘finde’.

Las exportaciones no petroleras al mes de febrero caen 11 % en toneladas métricas. Alcanza a ser suavizada su caída por un 7 % de mejora en sus precios. Cacao merece trato especial. Casi ha triplicado la generación de divisas frente al año anterior por mayor volumen exportado con precios inimaginables.

Toca dejar una variable con comportamiento positivo. Hoy es el petróleo, que a febrero tuvo la mejor producción de últimos tres años y en barriles, la mejor exportación de los últimos seis. El precio está elevado, esperemos que se mantenga y mejore la producción para poder aportar recursos a las escuálidas arcas fiscales.

La economía se va llenando de señales a las que hay que ir poniendo atención y se debe convocar, armar y comunicar un plan para suavizar el impacto que se va observando en el arranque del año.

Quedan ocho meses por delante para enfocarse en proveer recursos a la economía, pagar los atrasos, atender al menos la obra pública y sectores sociales prioritarios, pero no con bonos para que sean maltratados los proveedores, sino con plata fresca que dinamice, permita crecer y quién sabe si recaudar más.

Cuando preguntan por dónde es la salida, respondo: es el financiamiento externo. Por ahí es, pero hay que hacer que las cosas pasen.