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Eduardo Carmigniani | ¿Embajada entremetida?

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Sería una nueva e inaceptable forma de interferencia en un sistema democrático

Guatemala está a las puertas de una renovación, casi simultánea, de sus principales organismos judiciales: la Corte Constitucional, la Suprema y el Ministerio Público. Y también del máximo organismo electoral. Si solo de eso se tratase, no habría en verdad mayor cosa de qué extrañarse pues es común en nuestros países enfrentar esos procesos de alternancia en seguidilla.

Lo llamativo surge de un hecho externo. En carta del 4 de noviembre de 2025, dirigida al secretario de Estado Marco Rubio, la congresista María Elvira Salazar (Republicana por Florida) denunció que la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala estaba interfiriendo en aquellas elecciones y le pidió que remueva al embajador y al jefe de misión adjunta. Además sostuvo que aquella interferencia surgía de “remanentes de la administración Biden” que pretenden imponer ”sus prioridades socialistas”. Veamos el primer párrafo (traducido):

“Estoy muy preocupada porque recientemente me enteré de que la embajada de Estados Unidos en Guatemala está interfiriendo en las elecciones judiciales de Guatemala. Esto es inaceptable. Nuestras embajadas no deben interferir en las elecciones judiciales de Guatemala. No podemos permitir que los remanentes de la administración Biden impongan sus prioridades socialistas en los países de nuestros aliados conservadores. El próximo año será crucial para el futuro de Guatemala como país conservador. Por primera vez en décadas, las elecciones para la Corte Suprema Electoral, la Corte Constitucional y el nombramiento del Fiscal General se llevarán a cabo en el mismo año. Para garantizar que no haya injerencia de nuestra embajada en estas elecciones, es fundamental que usted destituya al Embajador Tobin Bradley y al Jefe Adjunto de Misión Patrick Ventrell de sus cargos”.

De ser cierto todo eso, sería muy grave. Sería una nueva e inaceptable forma de interferencia en un sistema democrático, que apuntaría nada menos que a manejar elecciones o a la administración de justicia. Eso no puede quedar impune, con independencia del signo político del entremetido, agrego yo.