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Huérfano político

Avatar del Diana Acosta

Fueron muchos los hechos que confluyeron para que Lasso llegue a la Presidencia, entre estos la decisión de varios partidos y movimientos políticos de no participar en las pasadas elecciones para no menoscabar su votación, el descarrilamiento sospechoso de la candidatura de Yaku Pérez, que mostró una gran aceptación popular, junto a la participación del partido correísta, con un candidato que no dio la talla en la contienda.

A pesar de que el actual presidente conoce por qué y con quién llegó al poder, lo primero que hizo fue estamparle la puerta en la cara al partido que lo apoyó en su conquista para abandonarlo en busca de una alianza coyuntural, con un partido totalmente contrario a su corriente, con el único propósito de alzarse con cargos en la Asamblea. Eso fue una señal, no menor, de la manera de proceder del gobierno de turno. Ahora, ese socio de coyuntura, en un abrir y cerrar de ojos, lo dejó para convertirse en un partido más de oposición dura contra su gobierno.

Da la impresión de que el presidente siente que no necesita de nadie, asumiendo que tiene un arrollador apoyo popular, con el que buscará la ratificación de su gestión.

No ha tenido ningún reparo en desafiar a la Asamblea, indicándole que si no aprueba las leyes que le remita, aunque sean inconstitucionales, buscará la aprobación vía consulta popular. Esto es un arma de doble filo porque de tener resultados negativos se entenderán como una desaprobación del pueblo al mandatario de turno. Si así sucediera, todos sabrán que mantenerse en el poder será cuestión de tiempo, para muy probablemente asegurar el retorno de Correa y sus acólitos. Recordemos que los resultados electorales de las últimas elecciones mostraron claramente que la votación dura de esta agrupación está vigente y pendiente de cualquier oportunidad para volver al poder.

Este gobierno está optando por ser un huérfano político, apostando a que el pueblo le dé el apoyo necesario y suficiente para gobernar y administrar. Mala tos le siento, esperemos que sea pura percepción y no la crónica de una muerte anunciada.