Columnas

Guayaquil se desangra

La vida es más importante que la economía, es la prioridad; esperemos que envíen lo antes posible proyectos que la protejan junto a nuestra libertad

Ecuador en general, y entre sus ciudades de más población, Guayaquil se desangra. Es la ciudad más peligrosa del país y no es percepción, es realidad. Delincuencia común y organizada, casos de sicariato todos los días, balaceras en restaurantes, parques y centros comerciales; ciudadanos acribillados en las calles y para rematar, un extranjero asesinado en una zona turística que es emblema de la ciudad.

No tenemos dónde ir sin el temor de que nos roben o nos maten. Los guayaquileños vivimos tras rejas, sin libertad, y el Gobierno no toma medidas efectivas para entregarnos la seguridad que ofrecieron.

Decretaron el Estado de excepción en las cárceles y aún no recuperan su control. Las bandas criminales se han apropiado de mi ciudad, mientras los representantes del Gobierno siguen vendiendo su imagen en redes sociales para convencernos de que trabajan. ¿A quién quieren engañar?

Los guayaquileños necesitamos una respuesta contundente de las autoridades. Si el equipo no actúa de manera ágil y eficiente deben cambiarlo, no cabe más, pues los responsables de combatir la delincuencia no han sido capaces de lidiar con esta grave crisis. No se puede tener gente improvisada, la experiencia no es un accidente.

Esperamos que el Gobierno cumpla con lo que manifestó el presidente cuando era candidato: “el ciudadano que cumpliendo los requisitos de la ley que pasen por exámenes psicológicos, entrenamiento, comportamiento y antecedentes, quiera tener o portar un arma de fuego, eso hay que autorizarlo”.

No podemos seguir en manos de los delincuentes, eso tenía que haber sido uno de los primeros proyectos de ley presentados a la Asamblea. También debe blindarse a los policías, para que no vayan a prisión por cumplir con su misión. La Fiscalía y la función Judicial tienen que cumplir con su rol a cabalidad, pues los delincuentes capturados entran a la cárcel por una puerta giratoria que los saca tan rápido como ingresan. La vida es más importante que la economía, es la prioridad; esperemos que envíen lo antes posible proyectos que la protejan junto a nuestra libertad.