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¡Habemus presidente!

Avatar del Diana Acosta

"No tengo más que desearle éxitos al nuevo presidente electo pues la consecución de sus logros redundará en el beneficio de mi país"

La democracia ha triunfado y eso es lo importante. El discurso de concesión de resultados del candidato perdedor, no estuvo inflamado de insultos ni agravios, por el contrario, se mostró decente en aceptar lo irrefutable. En la otra orilla, el presidente electo tuvo un discurso amable, de unión, sensatez, agradecimiento, esperanza, sin olvidarse de la mujer y sus luchas constantes. Se respiró calma y paz, cada uno ocupó con altura el lugar donde lo ubicó la historia. Esta vez no nos acompañaron la incertidumbre, ni las sombras alrededor del sufragio.

Ahora viene el tiempo de prepararse para cumplir desde el primer día la palabra empeñada durante la campaña. El gobierno saliente deja el país con una crisis económica severa, el sistema de salud atravesando uno de los momentos más duros debido a las graves complicaciones y consecuencias que ha ocasionado la plaga que azota al mundo entero. Necesita poner la casa en orden, acabar con esas estructuras de poder que se incrustaron por más de una década alrededor de varias instituciones estratégicas del Estado.

Deben acabar esos préstamos de la CFN entregados a dedo, para crear nuevos ricos de carapacho, que nadie tocó por las influencias que tenían con el régimen de turno.

La parte complicada la tendrá cuando tenga que enviar sus proyectos de ley a la Asamblea, donde no tiene la mayoría y le tocará lidiar con diversas estructuras políticas para lograr la consecución de sus objetivos.

El gobierno que está por inaugurarse tiene la oportunidad histórica de provocar esa revolución de valores, económica, de prosperidad, de transparencia que necesita imperiosamente nuestro Ecuador. El nuevo presidente sabe lo que cuesta hacer empresa y mantenerla, conoce los obstáculos que enfrentan a diario y la lucha que lidian cuando se trabaja con la cancha inclinada por administraciones gubernamentales corruptas, que solo buscan satisfacer sus protervos intereses. No tengo más que desearle éxitos al nuevo presidente electo pues la consecución de sus logros redundará en el beneficio de mi país.