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Las reservas y ese deseo de gastar plata ajena

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Desde el inicio de la dolarización y hasta noviembre de 2008 los depósitos en el Banco Central se mantenían 100 % respaldados con la llamada Reserva Internacional de Libre Disponibilidad. Esa relación fue cayendo y así en diciembre de 2014 fue de 43 % y encontró su peor momento a fines de 2017...’.

El Banco Central del Ecuador (BCE) dista mucho de ser un banco comercial y por lo tanto no se dedica a captar depósitos del público a cambio de una tasa de interés que le exija colocar dichos fondos con una rentabilidad.

El Banco Central recibe depósitos en función de lo que la Ley le faculta y tiene la enorme responsabilidad de cumplir funciones, dentro de las cuales, debe “Preservar y administrar la reserva internacional y otros activos del Banco Central del Ecuador” priorizando seguridad, liquidez y rentabilidad. El orden de estas tres palabras que podría parecer poco trascendente es fundamental para determinar qué hacer con los recursos y cómo proceder al momento de administrarlo. Primero la seguridad, que puedan volverse efectivo pronto y al final la rentabilidad.

Desde el inicio de la dolarización y hasta noviembre de 2008 los depósitos en el Banco Central se mantenían 100 % respaldados con la llamada Reserva Internacional de Libre Disponibilidad. Esa relación fue cayendo y así en diciembre de 2014 fue de 43 % y encontró su peor momento a fines de 2017, cuando ni la cuarta parte de los pasivos contaban con respaldo en Reservas Internacionales.

¿Quiénes mantienen sus recursos en el Banco Central? A finales de febrero de 2022, la Banca Privada y otras Sociedades que también encajan (USD 7.634M); Empresas Públicas (2.095M); Gobiernos Seccionales (USD 1.680M); la Seguridad Social (USD 1.392M); el Ministerio de Finanzas en su Cuenta Corriente Única o CCU (USD 546M); Otros Depósitos del Gobierno (USD 830M) y la Moneda Fraccionaria (USD 84M). El total mantenido como “exigible” en el Banco Central suman USD 14.261 millones.

En la actualidad la Reserva Internacional se ubica en USD 8.048 millones y respalda al 56 % de esos pasivos, siendo el mejor nivel para un inicio de año desde 2014.

Alrededor del monto de Reservas Internacionales surgen comentarios como que son demasiado elevadas, que es errado tener tanta liquidez en el Banco Central mientras el resto muere de sed, y que el Gobierno debería tomarlos para su uso. Consideremos dos aspectos por lo que no deben usar lo que no les pertenece. Primero, los fondos a disposición del Gobierno para sus gastos son exclusivamente los de su CCU alimentada por impuestos, deuda y petróleo. Desde esta cuenta se atienden gastos y amortizaciones, que en promedio representan USD 2.750M cada mes. Podrían secar el saldo de la CCU, pero sería una enorme irresponsabilidad no dejar un margen de maniobra. Segundo, no sería de mucho agrado para los Gobiernos Seccionales o Empresas públicas, Seguridad Social, o peor para los depositantes del Sistema Financiero que ocurra un momento en que soliciten sus fondos al Banco Central y este les responda: los volvimos a invertir en el Gobierno en deuda de corto plazo, no nos pudieron pagar y nos dieron bonos de largo plazo que luego nos los cambiaron por acciones que no podemos vender y nos han puesto a la cola para reintegrarnos sus recursos.

Por la tranquilidad financiera de largo plazo será importante regresar a aquella Disponibilidad de la Reserva como en 2008, cuando representó el 10 % del PIB de la época. Hoy es el 7 % y nos vendría bien que pueda seguir subiendo mientras la economía se mueve en un ambiente de mayor confianza.