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Mantengamos a los expertos a cargo de Internet

Considerando el papel crucial que tienen los identificadores, es imperativo que ninguna autoridad que no esté comprometida a mantener la Internet como un bien abierto, global y común los controle o ponga en riesgo"

COLUMNA INTERNACIONAL
Tenemos que comprometernos a resguardar el sistema resiliente que hace posible que Internet funcione sin controles ni interferencias políticas.Adrián Peñaherrera

La pandemia de coronavirus ha transformado rápidamente la Internet en la infraestructura más crítica del planeta. Al permitir que personas y empresas se mantengan conectadas en pleno confinamiento, ha ayudado a impedir el colapso total de la economía global.

 En momentos en que el temor y el distanciamiento social nos siguen separando, se ha vuelto el tejido conector para gran parte de la interacción y la actividad económica humana. Pero pocos aprecian cómo este crucial recurso global se ha mantenido estable y resiliente desde su origen, pese a que su alcance y su escala han crecido explosiva e ininterrumpidamente. 

En una era de crecientes divisiones políticas, económicas y sociales, ¿cómo se ha sostenido “una sola Internet” que conecta al mundo entero? ¿Cuál es el mejor modo de seguir protegiéndola? Dada la intromisión en línea de los gobiernos autoritarios en elecciones, redes de seguridad nacional y transacciones comerciales digitales en los últimos años, ¿a quién se debería confiar hoy la seguridad y fiabilidad de los identificadores de Internet. A los geeks, no a los gobiernos. 

Los mismos ingenieros que crearon Internet establecieron instituciones sin ánimo de lucro, como la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (Icann) y el Grupo de Tareas de Ingeniería de Internet (IETF), para hacerse cargo de los identificadores únicos y mantener el espíritu original de apertura. 

Estas y otras instituciones coordinan iniciativas globales para administrar los protocolos necesarios para el funcionamiento estable y fiable de Internet, y los ingenieros que la gestionan hoy lo hacen con independencia, precisión, dedicación y humildad notables. 

El último ataque importante a la independencia ocurrió en diciembre de 2012, cuando un grupo de gobiernos intentó tomar control de los identificadores únicos en la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (WCIT) de NN. UU. Fracasaron gracias a la vigilancia de gobiernos democráticos que valoran el poder de una sola Internet global para fomentar la innovación, comercio y cooperación internacional. 

Pero hoy, en medio del caos causado por la pandemia, una vez más los gobiernos autoritarios intentan usar la ONU para arrebatar a los ingenieros el control de recursos cruciales de la Internet. En un encuentro reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones se presentó una propuesta de un nuevo estándar de tecnología central de la red. 

Lamentablemente, y lo que puede resultar más preocupante, grupos de activistas extremos y gobiernos democráticos también se están inmiscuyendo en el trabajo de estas instituciones independientes. Organizaciones como Icann e IETF han dedicado décadas a desarrollar y afinar procesos de toma decisiones por consenso en los que participan de manera inclusiva y desde la base ingenieros, empresas, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos.

 El peligro de subvertir los procedimientos establecidos es que la interferencia oficial y los grupos de presión las conviertan en presa fácil de regímenes autoritarios. Tenemos que comprometernos a resguardar el sistema resiliente que hace posible que Internet funcione sin controles ni interferencias políticas. Esto nunca ha sido más importante que en estos momentos.