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El ataque autodestructivo a las tecnológicas por parte de China

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El giro de China hacia un mayor control estatal sobre las empresas tecnológicas líderes, inclusive implantando en ellas células del PCC, amenaza con atenuar el considerable dinamismo de estas compañías’.

Los mercados bursátiles globales parecen transfigurados por el desarrollador inmobiliario chino Evergrande, que luce inclinado a incumplir parte de su gigantesca deuda de $ 300.000 millones, en tanto el mercado de bienes raíces del país se enfría. Los inversores tienen motivos para alarmarse. El sector inmobiliario de China representa casi 30 % del PIB, y hay un vínculo muy fuerte entre caídas del mercado de bienes raíces y recesiones profundas. Las medidas cada vez más enérgicas por parte del gobierno chino contra el pujante sector tecnológico del país pueden plantear una amenaza aún mayor, pues estas empresas tienen la capacidad de innovar y generar crecimiento justo cuando la revolución digital, sumada a la transformación verde, requiere un sector privado fuerte y flujos de inversión robustos. Sin embargo, el presidente Xi Jinping, por miedo a que empresas como Alibaba, Tencent y Didi Chuxing hayan amasado demasiado patrimonio, datos y poder, ha reforzado sus ataques al sector tecnológico. El desafío implícito para el monopolio de poder del Partido Comunista Chino aparentemente se ha vuelto demasiado serio como para ser ignorado. Otros países también están tomando medidas políticas y legales contra las Grandes Tecnológicas, pero sus acciones son mucho más limitadas, y están redactadas en términos antimonopolio. Al retirar de manera agresiva el apoyo al sector privado, las autoridades chinas corren el riesgo de matar a la gallina de los huevos de oro del crecimiento económico rápido y la mejor esperanza que tiene China para garantizar la “prosperidad común” que quiere Xi. Los empresarios chinos pueden leer la realidad. Entienden que su espacio de maniobra político y regulatorio se está achicando, y que el equilibrio ha virado en favor de empresas estatales y los funcionarios públicos. Entienden que es probable que esta atmósfera inquietante persista. El peligro ahora es que más CEO y sus empresas den marcha atrás, inhibiendo la inversión y la innovación; esto tal vez ya esté sucediendo. Datos del Banco Popular de China demuestran que el préstamo a pequeñas y medianas empresas del sector privado creció 6,7 % en 2019, apenas la mitad de la tasa a la que aumentó el crédito a empresas estatales. Y las empresas que carecen de suficientes fondos, no pueden invertir, iterar o innovar. Los líderes chinos piensan que pueden tomar medidas enérgicas contra el sector privado y al mismo tiempo favorecer el progreso material en tanto las empresas estatales toman las riendas. Pero las nuevas tecnologías y el dinamismo del sector privado, junto con la libertad para innovar, experimentar, crear historias de éxito y a veces cometer errores, son elementos esenciales de la rápida transformación y evolución económica de China. Las empresas estatales no tienen antecedentes similares de éxito. Desafortunadamente, los responsables de las políticas en China, muy ocupados celebrando el centésimo aniversario del PCC, parecen estar extrayendo la lección equivocada en el momento equivocado. Al revertir las políticas que permitieron décadas de crecimiento impulsado por el sector privado en favor de un mayor control estatal, pondrán en peligro el modelo económico único que intentan sustentar.

William R. Rhodes

Exdirector, CEO y presidente de Citibank. Presidente y CEO de William R. Rhodes Global Advisors.