Premium

Vivir sin miedo

Avatar del Catrina Tala

¿Es usted uno de los que, como yo, ha dejado de hacer cosas simplemente por miedo, por el ambiente de inseguridad que nos rodea?

En estos días hemos oído mucho sobre la muerte. Ayer recordamos el primer año de la muerte de Efraín Ruales y como él, de cientos de personas que han perdido la vida en este país que amamos, pero que hoy nos atemoriza. 

Hablar de la inseguridad en la que vivimos no puede dejar de ser una prioridad. No mientras sigamos en esta situación en la que no sabemos si un día estamos vivos y al otro no. No podemos dejar de exigir resultados, bajar los brazos y darnos por vencidos, callar y no salir de casa. Mucho menos ser complacientes con las autoridades o conformarnos con respuestas que no traen consigo un plan, una estrategia o una solución. 

Nuestra mayor fortaleza como ciudadanos está en la perseverancia, en pedir cuentas y no caer en la indiferencia. 

Pero esta ola de muerte, inseguridad y miedo también me ha llevado a preguntarme si realmente esta es la vida que queremos para nosotros y nuestros hijos. Y no me refiero a lo que tenemos, sino a la forma en la que estamos viviendo. 

¿Acaso estamos viviendo para morir? En los peores días de la pandemia, el COVID nos llevó inevitablemente a pensar cómo queremos pasar nuestros días, con quién y haciendo qué. Hoy la delincuencia nos lleva a pensar esto y ayer, cuando recordaba a Efraín, pensaba en que él vivía a plenitud, con pasión e intensidad. 

¿Es usted uno de los que, como yo, ha dejado de hacer cosas simplemente por miedo, por el ambiente de inseguridad que nos rodea? No es justo que lo que pasa en el país nos haga bajar los brazos. 

Nadie quiere vivir con miedo, ni despertar pensando en que corremos peligro mortal cuando salimos a trabajar. Pero es una realidad y pasa todos los días. Aún tenemos el poder de exigir acciones y presionar hasta que haya respuestas concretas. No sabemos cuándo dejaremos de estar aquí, ni cómo sucederá. Pero sí podemos decidir luchar con intensidad por nuestros derechos, especialmente el de vivir sin miedo.