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Carlos Alfonso Martínez | Un país que reflexiona y se levanta

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El presidente tiene por delante tres años para consolidar un proyecto que pueda transformar al Ecuador

Han sido días intensos, marcados por emociones, reflexiones profundas y un necesario examen nacional. Resultó llamativo ver cómo algunos analistas y comunicadores, considerados ‘expertos’, quedaron totalmente descolocados frente a los resultados. Más que críticas, lo que evidenciaron fue una desconexión real con el sentir de los ecuatorianos de a pie.

Los resultados del domingo son claros, y no corresponde insistir en atacar a quienes ya han quedado expuestos. Lo relevante es que el presidente, con rapidez y sentido de responsabilidad, entendió que su estrategia requería ajustes y desde esa misma noche inició cambios en su equipo.

Equivocarse es humano; rectificar con humildad es una muestra de liderazgo.

Tampoco es correcto afirmar que el correísmo obtuvo una victoria en esta consulta. Sería una lectura simplista y distante de la realidad nacional.

Un dato que sí merece análisis proviene de Samborondón, donde el ‘Sí’ alcanzó más del 70 % en la pregunta D. Ese resultado revela un distanciamiento respecto al resto del país. Es momento de que quienes residen allí amplíen su perspectiva, se acerquen a otras realidades y salgan de la burbuja que, aunque cómoda, no representa al Ecuador entero. El país se construye escuchando diversas voces, reconociendo desigualdades y fortaleciendo la empatía como base del diálogo democrático.

El presidente tiene por delante tres años para consolidar un proyecto que pueda transformar al Ecuador. Además, cuenta con el respaldo de una Asamblea Nacional, una oportunidad inédita para encaminar reformas profundas y necesarias. Desde el propio Gobierno se reconoce que este resultado fue un revés, pero también una oportunidad para corregir, mejorar y avanzar. El reto ahora es convertir la experiencia en fortaleza.

Aún estamos a tiempo de mirar hacia adelante con optimismo.

El Ecuador necesita unión, visión y valentía, y el presidente Daniel Noboa tiene la oportunidad de conducirnos hacia un futuro más estable, más justo y más esperanzador para todos.