Señor alcalde de Guayaquil

El funcionario serio, que va a cumplir con las ansias de superación de sus electores, cuando asume el mando, ya no es del grupo tal o cual...
Nos dirigimos muy respetuosamente al alcalde de Guayaquil en funciones para expresarle lo que siente la gran mayoría de ciudadanos que conformamos la hermosa Perla del Pacífico, que ve con buenos ojos a un burgomaestre que ha llegado al sitial en donde se encuentra por voluntad de sus electores y que públicamente ha expresado que cumplirá sus labores apegado a los requerimientos de la sociedad, dejando a un lado posibles imposiciones que pudieran enviarle quienes se creen dueños de voluntades ajenas. Eso está muy bien, señor alcalde. El funcionario serio, que va a cumplir con las ansias de superación de sus electores, cuando asume el mando ya no es del grupo tal o cual. Se tiene que convencer de que eso es parte del pasado y que ahora está en obligación de ser receptor de anhelos, aspiraciones y esperanzas de todos. Esto es de suma trascendencia pues Guayaquil demanda la participación de todos los sectores sociales, sin distinción alguna: empresariales, gremiales, trabajadores, academia, medios de comunicación, emprendedores, sectores populares agobiados por la inseguridad, para junto con ellos formar el plan de trabajo que deberá llevar a cabo la Alcaldía durante el tiempo de su mandato. El alcalde como primer personero y representante de su ciudad, no puede estar al margen de esta manera de actuación, con el convencimiento pleno de que los resultados van a a ser positivos. Diario EXPRESO llevó a cabo un concurso para que participen urbanistas, sociólogos, políticos y economistas para cambiar la imagen del centro de la ciudad. Los tres primeros trabajos calificados por un tribunal idóneo, integrado por especialistas extranjeros, fueron entregados personalmente a quienes a esa fecha eran aún candidatos a la Alcaldía para que los conozcan, y de encontrarlos aceptables para el desarrollo de nuestra urbe, los pongan en vigencia. Lamentablemente se desconoce el paradero de esta iniciativa… Son cuatro años de mandato. Parece largo el camino a recorrer pero el tiempo vuela. Al alcalde de Guayaquil, a quien se lo ve con ansias de trabajar por su ciudad, le toca dar el ejemplo y para ello ser receptor de todas las aspiraciones populares, para ponerlas en práctica con fe en que los resultados serán positivos. Alcalde, adelante con la ímproba tarea de hacer que nuestro Guayaquil progrese minuto a minuto.