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Aprendan, políticos

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Los atletas siguen las palabras del barón de Coubertain, restaurador de los juegos olímpicos modernos: “En la vida lo importante no es triunfar, sino luchar”.

El deporte es una de las actividades humanas que más lecciones de vida da. Estamos obligados a respetarlas y a seguirlas si aspiramos a ser alguien de verdad. Por eso hacemos una exhortación sincera a los políticos en nuestro medio para que se miren en el espejo de nuestros atletas, que se consagran medallistas de oro, campeones o superdotados de una disciplina deportiva, no por casualidad, sino por tener paciencia, perseverancia, prudencia, corazón, cerebro y coraje. Nuestros pseudopolíticos, del salón de su casa llegan a altas posiciones de elección popular sin saber cómo, por qué ni para qué. Fracasan en su gestión pero quedan “forrados” para el resto de sus días. Jamás hemos visto que un atleta haya llegado al pináculo de la fama, para su orgullo y del país que representa, sin una larga vida de consagración, actitud y aptitud para salvar escollos, superar marcas, vencer tiempos. Los atletas siguen las palabras del barón de Coubertain, restaurador de los juegos olímpicos modernos: “En la vida lo importante no es triunfar, sino luchar”. El triunfo casi siempre es transitorio, pírrico. fútil, intrascendente. Prueba de ello es que los megalómanos que creen que triunfaron por haber ocupado una alta función pública, sin saber que el cargo no hace al hombre sino el hombre al cargo, al poco tiempo están en la cárcel o huyendo de la justicia por su paso triunfal por la vida pública. Lecciones duras que da la vida. Pero cuando se sabe sacar conclusiones de los mensajes se va hacia adelante. Se avecinan elecciones. Ya se oyen nombres de personas muy conocidas en sus casas a la hora de la cena, sin ningún antecedente de servicio a la colectividad. Para colmo y desvergüenza de ellos, y para burla de los ciudadanos hay candidatos que aspiran a constituir dinastías como la de Ortega en Nicaragua al proponer nombres de hijos, nueras, cuñados para que los remplacen en las funciones que van a dejar. Esto es producto de la ambición por triunfar a como dé lugar. La protesta ciudadana debe ser efectiva. No es posible que la sociedad mire este espectáculo con indiferencia. Aprendan, pseudopolíticos, a diferenciar el triunfo de la lucha. No aspiren llegar a la gloria sin haber servido antes a la sociedad a la que se deben. Así entiendan la política y no como un ‘modus operandi’ de enriquecimiento personal.