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Abelardo García Calderón | Contrastes reveladores

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Es impresionante cómo impacta en el niño su escolaridad temprana. El apoyo que esto brinda a su crecimiento y madurez

Es impresionante cómo impacta en el niño su escolaridad temprana. El apoyo que esto brinda a su crecimiento y madurez, su avance emocional, su confianza en sí mismo, entre otras cosas, es incuestionable. Y ahora que hemos podido observar muy de cerca el encuentro del pequeño David, de casi cuatro años con una realidad diversa a la suya, lo hemos disfrutado más allá de que nos confirma en nuestras creencias.

Hace unas pocas semanas, el niño llegado desde Barcelona se incorporó a una clase de prekínder. Sin conocer a nadie, cambiando absolutamente de realidad y entorno, fue al encuentro de unos pares que ya, por supuesto, habían iniciado su año escolar. Y, junto a ellos, fácilmente se introdujo y comenzó a activarse: trepaba redes, corría, se deslizaba por los juegos y participaba en el grupo como si siempre hubiese estado ahí, demostrando que había escolaridad organizada y familia que deja crecer.

Solo viéndolo lo detectamos y acertamos, pues, hijo de una madre que, como todas en el primer mundo, trabaja, concurrió al preescolar desde temprano. Y eso marca, y por supuesto, lo llevó a sus niveles actuales de integración y adaptación. Escuela estructurada y el crecer sin sobreprotección fueron evidentes.

Barcelona tiene fama de buena educación inicial y, obviamente, eso desarrolla a los pequeños, haciéndolos seguros, aptos y capaces de interactuar. No lo dijimos, pero, a ratos, los otros niños -sobreprotegidos como todo niño de Guayaquil, casi ‘abebados’ por padres que no los quieren dejar crecer- resultaban más inseguros e inestables en sus desplazamientos y en su acción; debemos corregirnos.

El jardín de infantes es vital. Pero no nos engañemos: ciertamente sabemos de la existencia de guarderías, clubes, docentes estimuladores que visitan casas o ciudadelas, pero esto no es educar, pues en ningún caso hay una visión o una misión pedagógica-formativa que parta de un perfil cierto hacia un perfil de salida, allá en la adolescencia, perfectamente establecido y fundamentado, como tampoco existe la base de crecer en una filosofía educativa y con definidas estrategias didácticas.