Nos urge lograr un verdadero diálogo nacional

Las batallas deben ser contra prácticas y costumbres que han derivado en violencia, corrupción, impunidad e inequidad.

Las jornadas de movilización encendieron alertas importantes sobre la necesidad de un proceso de formulación de políticas públicas con más voces ciudadanas a partir de una visión más amplia de la sociedad. Infortunadamente, hace bastante tiempo el Gobierno y la Asamblea dejaron de representar a la mayoría de los ecuatorianos. Más del 60% de ciudadanos no se sienten representados, ni comprendidos, ni satisfechos con buena parte de las decisiones que han adoptado, con visiones permisivas sobre todo lo que sucede en el país en contra de su desarrollo y el bienestar de su gente. El diálogo nacional no puede ser dogmático, es para todos aquellos que no se identifican con ningún extremismo y pueden reconocer y expresar, en un concierto de voces democráticas, ideas en las que creen e iniciativas y propuestas que consideren van a contribuir a construir un mejor país y una vida más digna para todos. No debe ser contra el gobierno, ni contra el presidente, ni prestarse para mezquinos cálculos polítiqueros. Debe ser en pro de soluciones razonables, exigencias posibles. Las batallas deben ser contra prácticas y costumbres que han derivado en violencia, corrupción, impunidad e inequidad. Adquiere sentido para que las políticas públicas no se sigan formulando a partir de la visión de unos pocos y dejen de ser solo la síntesis de quienes acceden a tales ámbitos.

Ec. Mario Vargas Ochoa