“Robar es normal y si robas en Ecuador, no pasa nada”

En Ecuador tenemos hoy tres enemigos: el COVID-19, el hambre y la corrupción. El que más sorprende es el alarmante índice de corrupción, sin precedentes, infiltrado en todos los niveles de nuestra sociedad, con consecuencias realmente nefastas. La pobreza extrema y la falta de una oportuna y adecuada atención médica han causado la muerte de miles en esta pandemia. ¿Por qué este desmedido afán de enriquecerse ilícitamente aun a costa de la salud y la vida de sus compatriotas, demostrando con ello falta de valores, humanidad, empatía y solidaridad? ¿Cómo es posible que los líderes políticos no se compadezcan del dolor ajeno y solo piensen en amasar grandes fortunas, ante la insensible y cómplice mirada de jueces y fiscales que, presionados, amenazados o coimados, permanecen ciegos, sordos y mudos? ¿Será que estos “justicieros” no tienen suficiente autoridad moral para sancionar con todo el rigor de la ley a los corruptos, insultando incluso nuestra inteligencia? Y más grave aún, sentando un falso precedente moral que quedará grabado por siempre en la mente de niños y jóvenes: “robar es normal y si robas en Ecuador, no pasa nada”.

Fabiola Carrera Alemán