Reconocimiento de la obra correísta

En clara alusión al correísmo algunos lectores y columnistas de este prestigioso diario intentan dar la voz de alarma de que ha llegado el momento en que el pueblo escoja “entre la miseria y esclavitud” o una vida digna con trabajo, etc. La miseria y esclavitud se la atribuyen al correísmo y el “trabajo digno” a su contendor en la segunda vuelta electoral. Añaden la prevención de que votar por el supuesto neocomunismo, fruto del “maldito Foro de Sao Paulo” y “la década pedida” , el país se encaminaría a la vía inexorable de una segunda Venezuela. El pueblo ecuatoriano sería sadomasoquista pues le gustaría volver a sufrir de los embates de los Centros de Atención Infantil en que se atienden a niños menores de cinco años en especial contra la desnutrición y la sicomotricidad, vitales en el desarrollo a esa edad, programa cuidadosamente atendido por el gobierno correísta. Volver a sufrir de la imposición y obligatoriedad sobre las empresas y negocios empleadores, y a profesionales médicos y abogados de otorgar la seguridad social “universal y obligatoria”, y empleadores de trabajadoras domésticas, con iguales derechos, cuyos sueldos subieron de $ 90a $ 400. Por la obligatoriedad impuesta desde el gobierno anterior se logró la afiliación de alrededor del 40 % de trabajadores en relación de dependencia cuando debiera ser por lo menos 80 %, meta que seguramente alcanzaría el nuevo gobierno correísta. Volver a sufrir: del sometimiento a empresarios evasores de impuestos con los que el Estado atiende sus obligaciones de salud, educación y seguridad; de la imposición de pagar impuestos en proporción de ingresos y patrimonio, instaurando, como nunca, una verdadera conciencia tributaria en que paguen tributos hasta los más modestos negocios y tenderos, y que la recaudación tributaria anual haya subido de $ 4.000 a $ 16.000 millones en esos dizque 10 años perdidos o “década infame”; de la miseria en la construcción e implementación moderna de los centros de salud tipos A, B y C, con atención oportuna en todos los rincones del país y la construcción y modernización de hospitales en todas las provincias, sin los que habría sido mucho más catastrófica la situación de la pandemia. Volver a sufrir que la pobreza haya bajado de 38% a 21 % y la extrema pobreza del 16,1 % al 8,2 %; de la construcción y dotación de más de 300 escuelas del milenio con estándares internacionales; de haber subido de 34 a 970 becas internacionales especialmente para alumnos de establecimientos fiscales; y de que los discapacitados sean contratadas por ley y se haya logrado el incremento de 0 a 4% de la capacidad laboral de las empresas. Y muchos logros más que deben permanecer y fortalecerse como política de Estado.

Jorge Adum B.