¿Quiere ser feliz?
Pídale a Ella que le contagie su inmensa alegría
¿Se imagina? Tras sufrir lo inimaginable -solo pensemos en que un hijo nuestro muriera de esa forma-, a la Virgen se le presentó su Hijo, resucitado. No alcanzaremos nunca a entender lo que eso significó para María. Solo digamos que la convirtió en la mujer más feliz de la tierra. Y si es la más feliz de la humanidad, ¿cómo no va a transmitirnos su felicidad a nosotros, sus hijos? ¿Quiere ser feliz? Pídale a Ella que le contagie su inmensa alegría. Pero pídale con fe, con la certeza absoluta de que Ella se lo va a conceder. Y verá que su vida se vuelve más optimista, más dichosa..., más radiante. Acuda a la mujer más feliz; a la Madre de Jesús..., a nuestra Madre..., todos los días de su vida.
Mario Monteverde Rodríguez