Un pueblo sin agua

Érase una vez un pueblo nacido al pie de un caudaloso río, que sería punto de partida de un ferrocarril nacional. En su historia ha tenido 6 alcaldes y desde siempre problemas con el abastecimiento de agua potable, que con cada gestión municipal empeoró. Los últimos 20 años se hicieron millonarias inversiones para solucionarlo y cada vez la situación es más grave. ¿De quién es la culpa? De su misma población, ya que vuelve a elegir como alcalde a quien en su momento no pudo remediarlo, y a la saliente, como recompensa, la elige para ser su representante en el Congreso. “Locura es votar por los mismos una y otra vez, esperando obtener una gestión diferente”. Eso aplica a todo el país.

David Ricaurte