Paseo, paseo...

La corrupción en el sistema hospitalario, es decir el personal que ahí trabaja, ha llegado a límites incontrolables, verdaderas mafias

Desgraciadamente hay que decirlo así: paseo, paseo. Desde hace 9 meses el vicepresidente de la República, la ministra de Salud, los miembros del Directorio del Instituto de Desarrollo de Seguros de Salud y la Comisión de Salud de la Asamblea se pasean por todo el país encontrando todos los horrores que nos podríamos imaginar. ¿Qué pasa? Nada. El presidente de la Asociación de Farmacéuticas indica que siguen comprando a intermediarios, dando como resultado que el costo de la medicina se eleve y haya corrupción. Ahora nos enteramos de que compran a través de una universidad de Ambato lo poco que han comprado; raro, una universidad no se dedica a vender medicinas y me suena a un acto ilegal. Habría que investigar. También nos hemos enterado de que las farmacéuticas y grandes importadores le han dicho al Gobierno que ellos les pueden vender las medicinas pero hasta ahora reciben contestación. En los hospitales donde las reciben, las embodegan, dice la prensa. La corrupción en el sistema hospitalario, es decir el personal que ahí trabaja, ha llegado a límites incontrolables, verdaderas mafias. Habiendo medicinas en las bodegas (no sé por qué no pasan a las farmacias), le piden a los familiares de los pacientes que las compren en los exteriores. ¿No será que esa medicina se la llevan? El asunto es muy serio y no hay signos de que esto se arregle a corto plazo. Esperemos a marzo: dicen que los medicamentos que se generen en la consulta externa van a ser entregados por la red de farmacias y boticas. Pero siempre dicen que van hacer y no lo hacen.

Ab. Álvaro Luque B.