Lo que nos ofrezca el 2021

Estamos próximos a concluir este 2020, año en el cual celebraríamos los dos centenarios de nuestra independencia con bombos y platillos, ya que en el año anterior unos “ilustres” ciudadanos caotizaron a Guayaquil y algunas ciudades más en el país, por ende, su flamante alcaldesa, tampoco pudo homenajear como se debe a la ciudad que la vio nacer.

El 2020, Guayaquil no tuvo invasores internos como en octubre de 2019, pero sí un agente externo muy belicoso que sigue vigente, bien agazapado, esperando cualquier descuido ciudadano y que de no ser por el liderazgo de su alcaldesa y su exalcalde, pudo haber golpeado mucho más arteramente a nuestra ciudad, donde lamentablemente llegamos a más de 500 muertes en un solo día y el poder de la COVID-19 parecía imparable. Se pudo aplacar al virus mortal con una mezcla de eficiente administración público privada, políticas severas pero necesarias y más que todo diciéndole la verdad a los ciudadanos sobre el peligro que corríamos y que todavía corremos si dejamos de tener el cuidado necesario para que esta peste no se siga propagando, aun existiendo la excelente noticia de la creación de varias vacunas y protocolos médicos que han reflejado muy buenos resultados.

Este 2021 será muy especial para todos los ecuatorianos porque dentro del desarrollo de la pandemia, el mes de febrero y abril del próximo año estaremos envueltos en la decisión histórica de elegir un nuevo presidente y esperemos que en esta ocasión sea la más adecuada para todo el país, y no solamente para los acostumbrados a los sánduches y a los que creen que se les regalará 1.000 dólares por voto. Ecuador está con una herida mortal en materia económica y social. La opción por la cual nos orientemos deberá comprender esa situación y tendrá la misión de llevar a nuestro país por el camino del desarrollo y progreso en bienestar; ni los cantos de sirena ni los encantadores de serpientes nos llevarán a ningún lado. Solo en nuestras manos estará lo que nos ofrezca el 2021.

Lic. Francesco Aycart C.