En décadas recientes, los progresos en servicios de salud, protección del medio ambiente, desarrollo económico y otros factores han permitido mejorar la salud de la población en ciertas regiones del planeta. Sin embargo, se estima que un millón de personas muere en forma prematura cada año por cuestiones atribuibles a riesgos ambientales evitables. La contaminación del aire, del agua, el saneamiento inadecuado -incluida la gestión de residuos sólidos-, los riesgos relacionados con ciertos productos químicos peligrosos y los efectos negativos del cambio climático son las amenazas ambientales más apremiantes. Estas se ven agravadas por una gobernanza débil, desigualdades en salud, y el limitado liderazgo, experiencia y recursos del sector en el ámbito de la salud ambiental. La solución a muchos de los problemas está más allá del ámbito exclusivo de la salud y exige una respuesta efectiva de los gobiernos de América y el orbe sobre las acciones que toman para construir un mundo con aire limpio, agua potable y saneamiento para todos, donde los alimentos saludables estén disponibles y accesibles, las ciudades sean habitables, llenas de espacios verdes, sin ruido, y las economías resilientes al clima y centradas en la salud y el bienestar, contribuyendo a un mundo en el que todas las personas y la naturaleza, incluidas las que están en situaciones de vulnerabilidad, puedan vivir más tiempo, ser más felices y prosperar con armonía y respeto.

Dr. Francisco Plaza Bohórquez